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Ahimsa es vida

viernes, 8 de diciembre de 2017

La Paz es el pilar de una Sociedad justa

Hay que recordar que la oscuridad tan solo se coloca temporalmente frente a la fuente de luz, como un eclipse solar.

Una sociedad justa no puede existir sin hombres justos y honestos,  no podemos ser justos y honestos y crear guerras tolerando el sufrimiento de miles de seres humanos y llevando a la muerte a personas que su único delito es vivir. No podemos volvernos ciegos ni sordos ante la miseria y el sufrimiento que ocasionan las guerras.

Hay gobernantes que se creen omnipotentes porque habitan en países ricos y poderosos en cuanto a dinero y a armas se refiere. Su mayor responsabilidad es crear una sociedad justa, donde la convivencia sea pacífica para que todos los ciudadanos gocen de los derechos a la libertad, educación, dignidad, así se siembran  las semillas de paz y de progreso.

Los seres humanos somos complejos y diferentes pero tenemos un denominador común todos buscamos tener las necesidades básicas cubiertas para poder vivir con dignidad. La falta de trabajo, de educación, de alimentos, de viviendas crean grandes divisiones y problemas de convivencia, por lo que todos los dirigentes deben centrarse en solucionar estos problemas urgentemente, creando unidad y no división; la división crea conflicto y desorden y esto puede llevar a la muerte a miles de personas. Antes de tomar decisiones erróneas y romper los compromisos de paz, con graves consecuencias para la humanidad, los gobernantes deben reflexionar, y, -si no son capaces de tomar las decisiones adecuadas, respetando los compromisos adquiridos y creando el orden como una necesidad absoluta-, deben ser valientes y dimitir. 

Vivir en el desorden es vivir en nuestras contradicciones internas que nos tiranizan cotidianamente. Vivimos en un mundo enloquecido y si no buscamos soluciones pacíficas urgentes vamos a terminar aniquilándonos los unos a los otros. No se puede jugar a ser dioses destructores ya que las consecuencias son terribles para la humanidad entera, incluidos ellos mismos. Hay que liberar la violencia que llevamos dentro para así poder comprender que lo único que necesita la humanidad para vivir es paz.

Los seres humanos no somos simples entidades físicas, somos personas con derechos y obligaciones a las que hay que respetar, da igual en qué país nacemos o vivimos, en qué creemos y de qué color es nuestra piel. 

Hay profundas divergencias entre los países, sus dirigentes y sus habitantes. Es hora de buscar un consenso entre todos los habitantes de la tierra a través de sus representantes.

El grito de la desesperanza une a los seres humanos en un grito de esperanza para construir un mundo de paz.

                                                                 (imágenes de la web)