Las montañas desde la antigüedad más remota son símbolos sagrados, encierran secretos que son desvelados al buscador del camino de su alma y que esté dispuesto a pasar las pruebas. Las montañas han vivido millones de historias que guardan en sus archivos arcanos dentro de sus cuevas profundas.
viernes, 22 de diciembre de 2023
El pequeño y la montaña sagrada
jueves, 12 de octubre de 2023
Lúa y la gota de agua dorada
Después de tantas historias fascinantes con algunos seres humanos a través del mundo, nos preparamos para una nueva aventura, el clarín ha sonado para reagruparnos en nubes, los vientos soplan y así comienza el baile para descender a la Tierra.
Esta vez los vientos nos llevan a un hermoso y tranquilo paraje en medio del
Atlántico, una pequeña isla poblada por gentes amables y generosas. Hay un
volcán cuya energía es especial, aunque muchos lugareños lo hayan olvidado.
Existen montañas muy altas de lava que crean paisajes muy hermosos que dan vida
a épocas pasadas. El choque entre dos nubes produjo un fuerte destello de
luz y formamos unos fuegos artificiales de gotas doradas que bañaban esa
naturaleza extraordinaria.
Me llamo Lúa, en esa época tenía diez años, era traviesa, vivaracha y muy
alegre. Vivía en un pequeño pueblo de pescadores en una pequeña isla del
Atlántico. Iba al colegio de mi barrio. Era obediente, aunque no estaba de acuerdo
con muchas cosas tanto en casa como en el colegio. Esto ya me trajo algún que
otro problema a mi corta edad, pero vivir como una marioneta nunca me gustó.
Soy diferente solo por el hecho de no seguir la corriente.
Todo comenzó hace muchos años cuando una noche de verano empezó a caer una
gran tormenta de rayos y mucha agua. Sentí una curiosa sensación, necesitaba
salir al jardín para sentir esa fuerza indomable de la naturaleza, oía gritar a
mi madre: “¡no salgas!”, sin embargo, no pude contener ese impulso y salí. Vi
una cortina de agua cristalina con destellos dorados, caía con tal ímpetu que
me quedé embriagada y paralizada al contemplar esa belleza. Sentí una energía
tan grande que abrí los brazos para recibir ese baño de agua de las estrellas.
Recuerdo que por mi cara fluían pequeños riachuelos y una gota dorada penetró
en mi boca, sentí un extraño sabor en mi garganta.
En ese momento, mi pequeño cuerpo se convirtió en el universo donde el vacío
y el todo eran uno, millones de puntos luminosos en continuo movimiento, cuya
vibración producía una música sutil y armoniosa. Vi un puntito en el infinito
universo, la Tierra. Observaba todo el conjunto a la vez y recordé que muchas
veces, en esos momentos de silencio perfumado por las estrellas de los jazmines,
miraba al cielo y veía chispas doradas, moviéndose en el aire a toda velocidad,
sin chocar, todo está impregnado de ellas. Mi mirada volvió a ese universo de
puntos luminosos; de pronto un grito me devolvió a la realidad física, esa
experiencia duró una milésima de segundo, fue instantáneo, pero mi alma todo
absorbió. Mi madre enfadada salió a buscarme y me hizo volver a casa. Esta vez
su regañina no me importó, ese instante mágico cambió mi vida para siempre. Mis
padres estaban acostumbrados a mis “arrebatos incoherentes”, mi comportamiento
no les parecía el apropiado a una niña pequeña.
Decidí no contar mi experiencia, esa noche soñé con riachuelos que nacían en
la ciudad de cristal, con reflejos de colores del arcoíris que recorrían mi
cara, como rayos dorados que desembocaban en el océano de mi corazón, algo
cobraba vida en mi interior. En el silencio de la noche estelar oí notas
musicales que envolvían mi alma, oí una voz: “aunque pequeña, eres curiosa y
valiente, tesoro que debes guardar siempre; siente la magia de tu alma para que
elijas quien quieres ser; cada mañana el sol abrirá tus ojos para que paso a
paso comprendas el sentido de tu vida. No seas una marioneta, sigue tu camino,
posees el coraje de tu corazón y la valentía de tu alma, ambos necesarios para
levantarte cuando caigas y seguir avanzando por el camino del silencio de los
jardines de la vida. Solo encontrarán alegría en el juego de la vida, las
personas que se maravillan cuando ven la belleza y el coraje de una flor que
lucha por nacer en una roca; las personas que se embriagan del perfume del
rocío de las estrellas; las personas que oyen el vals del otoño cuando las
hojas caen al ritmo del viento para unirse a la tierra y volver en primavera.
Afronta la realidad y no te dejes embaucar por los miedos que se forman en tu
imaginación. Cuando te sientas confundida ve a tu corazón donde todo guarda su
memoria y te recordará que para avanzar caerás y te levantarás con más fuerza y
claridad”.
La esfera dorada me llevó a través de mares y montañas para que viera la
grandeza y belleza de la naturaleza. Nos adentramos en montañas primigenias,
valles con hermosos árboles centenarios, ríos impetuosos donde habían crecido
grandes civilizaciones que dejaron una huella en los templos construidos según
el código de belleza. En un momento dado, la gota dorada se posó sobre un loto
blanco que crecía en un precioso lago de montaña, tranquilo y sereno, donde se
reflejaba el cielo, que solo la brisa del viento lo mecía suavemente cantando
canciones de antaño. Visitamos las profundidades del lago, ese mundo
subterráneo tan rico y diverso cuyas raíces son el alimento de todo lo que
vemos. No soy Lúa, soy parte de ese misterio del universo que todo contiene y
es.
Me desperté serena, rememoré mi sueño y esa voz del aire se hizo palabra en
mi diario. Sentía esa fuerza que vibraba en mi interior y me empujaba a buscar
respuestas, ese instante mágico fue mi punto de inflexión. El día era,
como siempre, soleado, salí a coger lapas con mis amigos, disfrutaba de su
compañía, de nuestras risas y juegos. También había un deseo oculto, deseaba
sentir esa magia del agua, sin embargo, solo sentí un recuerdo, y, una
vibración muy profunda me hizo llorar, supe que esa maravillosa gota de agua se
unía a ese gran océano azul para poder elevarse de nuevo al mundo celeste y
proseguir sus viajes eternos en el corazón de los humanos. Le agradecí con toda
mi alma esta aventura.
A partir de ese momento fui “normal” para mis padres y amigos y “diferente”
para mí, la magia de mi universo interior empezó a germinar como una semilla.
De niña fui muchas veces incomprendida; solitaria, de adolescente y feliz de
madura. He pasado por cientos de aventuras, con caídas y sueños rotos, pero me
he levantado porque esa voz me repetía: ¡no te rindas! Así mi vida se ha ido
forjando con mis decisiones y hoy soy la persona que quiero ser, vivo la vida
que me hace crecer y sentir bien. La vida es el camino de regreso a la
conciencia universal, comprender nuestros pensamientos, emociones, acciones, para
decidir si queremos nutrirnos del mundo celeste y terrestre o solo de las
apariencias exteriores. Los seres humanos tenemos la capacidad de crear y
destruir, solo depende de nuestra elección.
Recuerdo a menudo la extraordinaria experiencia de la gota dorada, la magia
de la vida, los misterios de los seres humanos que van unidos a los misterios
de la naturaleza, por eso nos sentimos tan bien cuando estamos en medio de un
bosque, del mar, de la montaña porque la naturaleza nos ama y nos
protege. Heráclito decía: “La naturaleza ama esconderse, sin embargo,
revela sus misterios a quien la ama”, somos parte de ese mundo visible e
invisible.
Los padres tenemos la responsabilidad de ser guías para nuestros hijos y no imponer nuestros criterios a golpes sin dialogar con ellos. Los niños deben ser respetados, amados y dejar que su creatividad emerja y se desarrolle; todos los niños tienen un gran poder de captación, de observación, de sentimiento, de creatividad que no hay que apagar, sino todo lo contrario, seguir alimentando esa llama de vida que es la que guiará sus vidas.
(Foto privada)
martes, 15 de agosto de 2023
Viejas almas vuelven como estrellas fugaces
En el siglo XV-XVI se reunieron en Europa grandes mentes, entre ellas Giordano Bruno, Pico de la Mirandola y Erasmus de Róterdam, que defendieron con su vida el amor a la libertad, a la justicia, a la dignidad del ser humano, al universo, a la esencia Creadora.
Sus
legados destruyeron murallas y crearon vergeles de ideas, pensamientos,
acciones que brotaron como flores raras en un desierto árido y, sin embargo, ese
océano de arena estaba sediento de esa fuente de conocimiento y, poco a poco,
algunas gotas de arena florecieron y se expandieron con el viento hacia otros
confines de fértil suelo.
Todos
ellos vivieron unas vidas de peligros, combates y persecuciones, pero ninguno
se retractó de su verdad y aunque durante siglos estuvieron olvidados, esas
semillas de luz volvieron a crecer y a brillar trayendo nuevas fuerzas para que
el buscador de la verdad pudiera continuar el camino.
En
ese universo de millones de mundos, en una estrella en la constelación de las
Pléyades, estos tres titanes se encontraron y recordaron algunos momentos en
nuestro planeta que tanto amaron.
—Erasmus:
¿Cuánto tiempo hace que no coincidíamos?, he estado viajando por universos y
mundos diversos, ¡cuánta razón tenías, Giordano, al defender la infinitud del
universo y su movimiento eterno!
—Giordano,
en la tierra me condenaron por hereje, pero es maravilloso ver esta realidad
con nuestros propios ojos, risas…, ahora somos pura energía. Sabía que el
universo es infinito, con sus miles de formas y mundos; mi intuición, mis
reminiscencias me ayudaron a ver y a comprender la existencia de millones de
vidas diferentes, entre ellas la de la Tierra, sin embargo, mi compromiso de
lealtad fue el latido de mi corazón, aunque la ignorancia pesó más que la
verdad. Sabemos, que cuando nacemos como humanos perdemos parte de nuestra
conciencia universal y nos olvidamos de quienes somos; al vivir incompletos,
nuestro ego e ignorancia toman el relevo de esa sabiduría olvidada y nos hacen
creer que todo lo sabemos…, (sensación de tristeza por ese gran error que
domina la Tierra). El dolor y sufrimiento que algunos humanos han provocado al
imponer dogmas, creencias, errores a través de eones, ha sido cruel y devastador.
Mirando el escenario actual del mundo del siglo XXI, no ha cambiado mucho, unos
dioses han sido reemplazados por otros y siguen causando graves daños.
—Pico,
¡Me alegra veros! Yo también he estado viajando por este infinito universo que
todo es. Somos el ayer, el hoy y el mañana. Este enigma que los humanos piensan
poder descubrir con su mente solo trae más confusión y error; solo aquellos que
están dispuestos a desentrañar dicho enigma lo pueden hacer con una mente
abierta y sincera, llaves que abren la puerta al universo interior. Me
conocieron en la tierra como el príncipe de la concordia, deseaba que
comprendieran que conciliando los opuestos se origina la libertad de
pensamiento, elevando nuestros pensamientos, nos elevamos nosotros mismos, así
podemos buscar la grandeza y aportar una flor a ese infinito jardín que es el
conocimiento interior y la vida; la dignidad humana es vital para vivir. La
finalidad del Ser Humano no ha cambiado, sigue siendo lograr su evolución
interior no solo material e intelectual, sino también de la conciencia, solo
así se llega a la concordia entre los principios y los fines, al equilibrio
—sin críticas y sin juicios—, buscando la verdad en su Ser. Todos hemos sido
víctimas de la violencia e ignorancia, no solo intelectual, sino también
filosófica (amor a la verdad, a la sabiduría); el no comprender que no es
entender, trae esas terribles consecuencias. Yo defendía la concordia, la
libertad, el libre pensamiento para que cada uno fuera su propio explorador,
que sintiera su grandeza uniendo el cielo y la tierra. Ahora en este precioso
lugar etéreo te das cuenta de que cada ser humano tiene su propio camino, y al
ser dueño de su vida debe acallar la voz de la destrucción provocada por la
competición, el egoísmo, la ignorancia y centrarse para oír su voz interior, la
voz del corazón para que pueda vivir armonizado con las leyes de la naturaleza
y así evitar más conflictos. Vivir en el corazón es vivir la experiencia
interior, el que no experimenta, no sabe; hay que saber para comprender.
—E.
añadió: la educación es la base de la formación, no solo una educación
libresca, sino una formación como humanidad, viviendo en unidad, en la
concordia y en la verdad; dejar de competir constantemente para evitar la
división, el estrés y la ira que producen esa carrera sin meta. Es
importantísimo enseñar desde la más tierna infancia valores de respeto, de
libertad, de lo justo, de la verdad, enseñar que la verdad es sentirse en
armonía para que su conciencia crezca como un roble y le guie a medida que vaya
creciendo para que cuando sea adulto tome decisiones correctas, basadas en el
corazón, en el sentido común y no en la pequeña mente del ego. Como Sócrates,
hay que ser polémico y conciliador, buscar y conocer los arcanos de las
enseñanzas de todo el mundo, para que se den cuenta de que la esencia de la
verdadera enseñanza secreta es la misma, somos almas en cuerpos físicos. El ser
humano es un microcosmos dentro del macrocosmos, por eso es libre y digno
porque es el actor de su destino, así sabrá vivir la vida y no estará a la
merced de las opiniones cargadas de prejuicios.
En
ese momento de complicidad, de silencio, de amor, una nueva energía se sumó al
trío, era el alma del querido Sócrates, que al oír su nombre quería dejar una
estela de compasión y amor. Sócrates trajo consigo una luz muy intensa y
ligera, como una risa salida del corazón de cristal que hace vibrar las cuerdas
de los planetas.
—Nuestras
experiencias como humanos son como miles de gotas de agua que chocan entre
ellas para generar la lluvia que trae abundancia o destrucción. Todos llevamos
dentro la conciencia superior, el YO SOY, voz interior que nos guía, como mi
daimon y a la que debemos conocer. Es muy importante, diría vital,
conocerse a sí mismo para poder decidir y no entrar en esa opinión de los demás
que tiene algo de verdad y algo de mentira. Cuando nos conocemos como humanos,
podemos armonizarnos con las leyes de la naturaleza para aceptar que todo en la
tierra es cíclico, efímero, por lo tanto, vivir en armonía con nuestra alma,
alimentándola de pensamientos elevados, siendo éticos, como decían los egipcios
vivir según las leyes de Maat —verdad, justicia, armonía, respeto— nos
proporciona alegría y buen humor porque sabemos que nuestra misión es despertar
al alma inmortal y volver a casa.
Las
cuatro energías se unieron y una estrella gigante nació para que sus
semillas-partículas llegaran de nuevo a la Tierra como estrellas fugaces,
trayendo deseos de sabiduría: “¡Qué las leyes de la Naturaleza sean
comprendidas! ¡Qué los espíritus dormidos despierten algún día! ¡Qué los
humanos comprendan la unidad de la humanidad! ¡Qué la ignorancia presuntuosa
deje de causar servilismo! ¡Qué el ser humano pueda verse en el espejo de la
sabiduría y se reconozca! ¡Qué pueda conocerse a sí mismo para conocer su
universo!”.
(Imagen Unsplash)
viernes, 21 de julio de 2023
jueves, 13 de julio de 2023
El espejo de los tiempos
El pasado es el espejo de la época y no podemos obviarlo.
Tantas guerras por el poder, tantas vidas eliminadas, tanto dolor y
sufrimiento causados por el deseo de poder sin límites de individuos que se han
vuelto esclavos de su propio apetito y que, aunque clamen ser los salvadores
del mundo, sus corazones laten al compás de la violencia. Como decía Charles de
Gaulle, “Los hombres pueden tener amigos, no los jefes de estado”.
En el espejo de los tiempos vemos como se ha deformado la imagen de la
humanidad —la sociedad cambia y no siempre a mejor—, por eso hay que cortar las
cadenas de nuestros condicionamientos externos para ir más allá del mundo
artificial y adentrarnos en nuestra propia conciencia: “lo que se recomienda a
otro, debe aplicarse a uno mismo primero, decía Gandhi”.
A lo largo de la historia humana siempre ha habido seres que han luchado
para cambiar la forma de pensar de una sociedad dormida, sociedad a la que
todos pertenecemos. El resultado al cambio siempre ha sido doloroso y cruel.
Sin embargo, el cambio se ha realizado a través de las ideas naturales que
pertenecen a las leyes del universo y emergen en nuestro interior, los
valientes las llevan de bandera cuyos símbolos son la verdad, la justicia, la
libertad que ondean al viento para que ese movimiento eterno esparza sus
semillas por todo el planeta.
Nuestra sociedad está en decadencia porque los valores éticos han sido
enterrados, no existen en nuestra vida, solo el materialismo florece y nos
adoctrina para hacernos esclavos del deseo de poseer lo que nos crea
necesidades ilusorias y por las que pagamos un alto precio. Al no tener
valores, no sentimos empatía por la raza humana, la dividimos, la ignoramos y
nos asentamos en nuestro confort irresponsable. Esta crisis social conlleva
frustración y violencia. No podemos seguir moviéndonos por ciegas y
sordas pasiones. ¡Qué paradoja!, deseamos conquistar planetas y, sin embargo,
no sabemos vivir en el nuestro.
La imagen que nos refleja el espejo es triste, no por ser en blanco y negro,
sino por lo desolador y devastador de la imagen que refleja —hambre, sequía,
llanto, desesperación, muerte; guerras que no paran, mares que se tiñen de rojo
y guardan en sus profundidades las memorias de miles de personas que huyeron
del atroz sufrimiento para sucumbir a las olas del viento; océanos que en lugar
de seres vivos se han cubierto de plástico…— El equilibrio de la Humanidad y
del Planeta se está destruyendo, vivimos confrontados con la vida y nos aliamos
con la muerte. No podemos olvidar que cuando una avalancha está en marcha es
imparable. La Humanidad está herida en su alma.
El espejo del mundo nos invita a ver la unidad en todo, no a fragmentarla.
Ya de por sí sobrevivimos a los azares de la vida, no vale la pena seguir
confrontándonos unos a otros, imponer nuestras creencias, dogmas, formas de
vida. Es responsabilidad de todos mirar nuestro espejo para comprender y
aceptar nuestra vida, ya que nos revela nuestra imagen, nuestra alma, así como
nuestras emociones a través de nuestra fisionomía.
El viento arrastra la niebla y el espejo brilla de nuevo para mostrarnos la
memoria de las ideas eternas de paz, libertad, justicia, dignidad y respeto.
Todos tenemos derecho a equivocarnos y también a rectificar nuestros errores,
no podemos cambiar nada exterior si no cambiamos en nuestro interior; cuando
cambiemos el materialismo por los valores éticos emergerá una nueva generación
de caras sonrientes que emanen fuerza y bondad, como dijo Winston Churchill,
“la responsabilidad es el precio de la grandeza”.
Post de la web
miércoles, 21 de junio de 2023
Dignidad, Libertad y Justicia guerreros de la paz
La figura de Mahatma Gandhi irrumpe para recordarnos esa lucha sin espada
que es la no violencia, AHIMSA.
Como todos sabemos, Mahatma Gandhi luchó por obtener la independencia de su
país y de los seres humanos en general a través de la dignidad, libertad y la
justicia. Su lucha fue oponerse al opresor con la desobediencia pasiva que
implicaba disciplina, cautela y atención. Luchó contra los abusos de las autoridades
con la no violencia porque como bien decía: “ojo por ojo y toda la humanidad
terminará ciega”.
Cuando estamos en el centro del equilibrio, estamos en armonía donde no hay
causa y efecto; en cambio, cuando nos separamos del centro, nos dirigimos hacia
los extremos de la dualidad donde se producen causas y efectos, lo que
denominamos karma, y como bien sabemos todo tiene consecuencias, cada uno es
responsable de sus actos y elecciones.
Ahimsa va más allá de la no violencia. Ahimsa implica el autoconocimiento
porque la violencia se genera en los pensamientos y a través de las palabras y
acciones generamos conflicto y dolor. El autoconocimiento nos ayuda a cambiar
de actitud porque comprendemos lo que hacemos al vivir conscientemente. Ahimsa,
implica, además de la no violencia, verdad, discernimiento, respeto,
dignidad, libertad y justicia, todos ellos guerreros de la paz.
Para penetrar en los misterios de Ahimsa es necesario sentir una fuerza
interior para redescubrirse y empezar a vivir en esa energía de la vida buena
que nos lleva a la solidaridad y respeto de todos, a sentir que nuestra
dignidad es la dignidad de todos contra la brutalidad. La dignidad nos conduce
a la libertad porque empieza con el respeto de uno mismo y el respeto del otro.
Libertad no es hacer lo que se quiera, tanto en la libertad como en la vida
existen límites que son los campos que pertenecen a los demás. La dignidad y
libertad nos llevan a la justicia, a una justicia igual para todos, sin
preferencias. No debe haber supremacías de abusos contra las minorías, pues la
ley natural nos dice que la dignidad, libertad y justicia son la base de una
vida buena para cada uno de nosotros, es decir, su conjunto, humanidad.
El camino de los seres humanos es dual mientras vivamos en el planeta
Tierra, sin embargo, ese camino también es el camino de la solidaridad,
generosidad, grandeza humana, donde la complejidad y diversidad florecen en
todos los rincones de la tierra, creando filosofías, culturas, tradiciones para
que las ideas de todos se mezclen y generen proyectos para un mayor bienestar y
una mayor sabiduría.
“El espíritu de la democracia no es algo mecánico, obtenible a través
de aboliciones formales. Requiere un cambio en el corazón”. “La no violencia es la fuerza más formidable
que tiene la humanidad a su disposición. Es aún más poderosa que la más potente
arma de destrucción ideada por el ingenio del hombre”. Mahatma Gandhi.
(foto de la web)
martes, 30 de mayo de 2023
Alquimia
A La ley de la naturaleza del universo es la misma ley para todo, aunque las sustancias sean diferentes, así pues, todo lo que existe, incluso la manifestación del planeta Tierra, está sometido a dicha ley.
El universo está en continuo movimiento, en continua evolución, así como
nosotros, todo forma parte del proceso de la vida, ya sea mineral, vegetal,
animal, todo está sometido a la trayectoria de la evolución cuya finalidad es
volver, conscientemente, al lugar de donde procedemos, la luz.
El alquimista sabe que la virtud necesaria para llegar a dicha transmutación
es la paciencia y la perseverancia. Hace muchos siglos, algunos seres humanos
penetraron en los misterios de las leyes de la naturaleza del universo y
comprendieron que cada ser humano tiene la capacidad de transmutarse, es decir,
transformar la materia del ser humano en espíritu.
La clave está en la unidad, hay un componente común en todo, la esencia de
la energía creadora, y el proceso evolutivo consiste en transmutar lo “impuro”
en “puro”. La alquimia espiritual nos da la oportunidad de liberar nuestro
fuego interior para que interfiera en nuestra materia y la libere de toxinas
que tanto dolor nos producen.
La alquimia nos ayuda a tener conciencia del aprendizaje constante en la
vida, disolviendo, purificando, comprendiendo nuestros componentes para abrir
puertas que solo el deseo inquebrantable de sentir la luz puede lograr. Vivimos
en un mundo de diversas realidades, unas se construyen con la nobleza de
espíritu, otras se destruyen con la miseria moral, opciones que se nos
presentan en la vida y elegimos la que mejor nos parece, ya que muchas veces
somos miopes y sordos al mensaje de nuestra conciencia.
La alquimia está en relación con los opuestos, asume la multiplicidad para
llegar a la unidad, el equilibrio, la armonía, que es la cualidad espiritual
por excelencia. El útil necesario para la transmutación es la respiración. El
aire es la fuerza que hace que las olas se levanten, que las hojas bailen, que
las ideas vuelen; que los susurros sean vivos, que las palabras sean oídas, que
las caricias sean sentidas; que los olores viajen a través del tiempo en forma
de recuerdos… El aire forma parte de todo y nos acompaña durante nuestra
travesía a través de la respiración.
El objetivo del alquimista es ennoblecer nuestra vida a través del
movimiento de la conciencia como movimiento de luz –esencia de la luz
primigenia que se encuentra contenida en todas partes–. Quedan muchos secretos
de la vida y del universo por descubrir, todos están inscritos en el libro del
aire que viaja sin cesar por nuestro planeta desde sus comienzos y, así será,
hasta su final. El alquimista nos susurra invitándonos a detenernos un momento
para reflexionar y descubrir los tesoros escondidos en el agua, en la arena, en
el aire, en el fuego, en los bosques, en las montañas y principalmente en
nuestra alma; la clave para la transmutación es desaprender lo aprendido, solo
experimentando conscientemente el amor en nuestra vida podremos deambular por
el camino de la luz.
Pasan los tiempos y quedan las memorias que circulan en el aire, nada es
estático, todo es movimiento, no hay fronteras ni límites. Einstein decía:
“todo es energía, y es todo lo que debemos comprender en la vida”. Energía que
nos hace vibrar y nos ayuda a recuperar el olvido de quienes somos y de donde
procedemos.
Misterios y secretos del universo que esperan ser descubiertos en nuestro
laboratorio de alquimia, entre ellos recuperar a nuestro mejor amigo para que
las alas le vuelvan a crecer y pueda emprender de nuevo el vuelo hacia la
libertad de ser y existir conscientemente.
¡Que los vientos del pasado y del presente se junten para ofrecernos un
nuevo canto del alma custodiado por los guardianes de las melodías de los
dioses!
(Amanecer Haleakala. Maui. Foto privada)
domingo, 30 de abril de 2023
Vivir sin sentido es un sinsentido
Como dice François Cheng: “Todo objetivo en la vida es el rayo de sol en un mar de tinieblas”.
El deseo de preguntar, buscar, comprender
está implantado en nuestro ADN y forma parte del misterio evolutivo del ser
humano. La curiosidad que sentimos por
los misterios es natural y el más grande de todos ellos es nuestro propio
universo, cuando nos lanzamos de cabeza a nuestro abismo sin saber hacia dónde
nos lleva, sentimos y comprendemos de inmediato las profundidades silenciosas
de las leyes del alma, las leyes de la grandeza humana lo que nos ayuda a
reajustar nuestra nueva visión de la vida con sabiduría, siguiendo las
indicaciones que la intuición y el conocimiento nos brindan con sus palabras
silenciosas.
El reto de intentar descifrar los códigos
de nuestro universo es una tarea que requiere coraje y voluntad y como premio
recibimos generosidad, compasión y empatía para vivir en el mundo que nos
rodea. Dicho desafío nos ayuda a construir una hermosa vida cuya base es un
diamante inquebrantable de valores necesarios para saber lo valiosas que son
las vidas de las personas. El poder sin justicia es violencia, sabemos que las
ideologías impuestas generan luchas de todos contra todos, lo que conlleva
un cambio profundo e inmediato en la sociedad, estos perturbadores movimientos
suelen ir acompañadas de atroces comportamientos.
No podemos traspasar el límite del
respeto porque perderemos la humanidad para siempre. Vivimos momentos de gran
miopía general en el mundo entero y a causa de su ceguera caminamos por la vida
dando traspiés. No queremos ver las cosas como son y nos convencemos de que, si
no vemos, no existe, aunque es un craso error, la ignorancia duerme en un
plácido sueño de confort, siempre con consecuencias. Alzamos la voz pidiendo
paz, igualdad, justicia, libertad, muchas veces sin saber por qué lo hacemos;
nos unimos a movimientos que están de moda porque así nos sentimos parte de algo.
Sin embargo, cuando comprendemos que los valores requieren responsabilidad de cada uno de
nosotros, nos damos media vuelta y nos alejamos. Este sinsentido nos conduce a una sequía atroz de
valores éticos, lo que conlleva, sin remedio, al conflicto.
El sentido común, que debería ser el más común a los seres humanos, es el
sentido que más ausente está en la vida. Los estandartes de confusión que
algunos portan en la actualidad con orgullo solo traen latigazos de dolor,
carecen de valores y pretenden que la sociedad se mire en un espejo que
distorsiona la imagen de lo que es, un conjunto diverso y complejo de mujeres y
hombres.
Nuestra sociedad está cambiando y el cambio debe ser bueno y justo para
todos. La historia y sus tumultuosos azares nos ha demostrado que las crisis
sociales tienen como base las crisis económicas, así lo podemos observar en ese
espejo de época pretérita al que hemos sobrevivido pagando un altísimo precio
de vidas cuyas últimas imágenes fueron de terror. Sabemos que la decadencia de
cualquier pueblo surge cuando la división entre los seres humanos comienza a
manifestarse de forma abrupta, cuando se impone ideologías que solo sirven a
algunos en detrimento de otros, cuando se actúa por coacción y terror; los
poseídos por la voluntad de poder no comprenden el camino de la grandeza al
estar intoxicados de egoísmo y orgullo.
Como decía Max Jacobs: “El sentido común es el instinto de la verdad”, es
dar sentido a la vida, es vivir en la grandeza de ser un ser humano.
El sentido común nos hace ver que es un sinsentido vivir como marionetas.
No deberíamos aceptar la hipocresía y la mentira como parte de nuestra vida. No
podemos perder de vista que el objetivo de todos es llegar a una convivencia
plural y pacífica y esto se consigue a través de una labor conjunta de todos
los seres humanos.
Charles Dickens, en “La historia de dos ciudades”, escribió: “… Parecía que
lo teníamos todo y no teníamos nada. Íbamos directamente hacia el cielo, pero
nos extraviamos por el camino”.
¿Cómo podemos seguir escuchando a esas marionetas que tan
seguras de ellas se creen?
Sócrates nos susurra: “No puedo enseñar nada a nadie, solo puedo enseñarles
a pensar”. Entre lo que piensa una persona y lo que dice hay un gran abismo,
por eso el bien común va más allá del bien individual porque todos estamos
incluidos, esto ya lo defendían los griegos y romanos.
El bien común genera grandeza humana cuyo desafío es oír el susurro del
silencio: “no busques valores absolutos en el mundo relativo de la naturaleza”.
martes, 7 de marzo de 2023
Sentir la belleza para disfrutar el baile más hermoso de la vida
Somos dados a definir y a clasificar diferentes campos de nuestro cuerpo y ramas del conocimiento, pero nos olvidamos de lo esencial en nosotros que es el sentir. Solemos banalizar al cuerpo emocional dando prioridad a otros. Aún no hemos comprendido que somos unidad y que todo está entrelazado.
Estamos en una época
donde el racionalismo es el jefe supremo, todo lo antiguo está equivocado y lo
descartamos, aunque a través de los siglos siempre ha habido una vuelta hacia
los clásicos donde muchas verdades siguen estando envueltas en papel de seda.
Sentir es profundizar en
lo más hondo del ser, tirarse de cabeza al abismo interior para descubrir su
sonido y belleza. Podemos sentir la caricia del aire, la belleza de las
auroras, la sensación del agua en nuestra garganta, la música, la serenidad
interior y la alegría. Todo es sentir tanto a nivel exterior como interior.
Una prueba de ello lo
tenemos en la Naturaleza. La naturaleza siente y crea constantemente, siempre
pone a nuestra disposición las semillas de la evolución. Hay personas que son
sensibles a ello y lo ven, otras no, pero no ver algo no es una prueba de su
existencia.
La naturaleza es
creatividad pura. Cualquier cosa que nazca en la tierra, incluido los seres
vivos, se quedará en la tierra, no olvidemos que nosotros estamos hechos de sus
mismos elementos. La tierra es conciencia y produce todo lo que necesita el ser
vivo que en ella habita.
Sentir nos pone en contacto
con nuestra imaginación y a través de la creatividad personal concebimos arte.
Todos somos artistas de nuestra vida, sin embargo, solo algunos osan crear su
propio camino sin miedo a los obstáculos, así su obra inspirará a otros.
El arte es la manifestación
de una idea que procede del interior del ser humano que desea expresar sus
sentimientos, su visión de vida, su sentir. El arte está íntimamente ligado al
sentimiento de su autor.
Muchas veces los genios
se forjan mediante el dolor y el sufrimiento, pero renacen de sus angustias
para crear auténticas y maravillosas obras de literatura, pintura, música… Esos
genios son en realidad auténticos héroes porque no han sucumbido a su abismo
personal. Han sentido esa vibración que se produce en el límite interior donde
se descubren las cualidades interiores —intuición, imaginación, percepción,
emoción, sentimiento, pensamiento, ideas—.
Sentir es una fuerza que acompaña
a los valientes porque es un continuo levantarse y caerse, pero ellos saben
escuchar la música de la confianza que resuena en su alma y que como una mano
invisible los ayuda a proseguir su camino sin mirar atrás. Esa sinfonía les afecta profundamente a tal
punto que cambia sus vidas para siempre.
Sentir es experimentar en
nuestro universo individual —interno y externo— un sonido, un olor, una
caricia, la serenidad de un paseo cerca de un lago, la belleza del canto de los
pájaros, el olor a fuego de hogar, unas palabras, la armonía de una sinfonía…—
y es así como experimentamos la belleza.
La idea de belleza es
subjetiva, cada ser ve y siente algo que los demás no pueden, recordemos que la
enseñanza no puede transmitirse de un individuo a otro. La enseñanza debe ser
experimentada individualmente. La belleza existe porque sentimos una vibración
sublime de un sentimiento —la retina del espectador ha guardado esa imagen al
sentir como su alma se ha elevado y un recuerdo ha golpeado su corazón—.
Sentir calladamente para
oír el silencio de la música del cosmos. Las flores y las estrellas nos hablan
de sus secretos, aunque guardan sus historias para aquellos que saben que el
cielo y la tierra están dentro de ellos, escuchan en el silencio la sinfonía de
la alegría para que su alma baile entre el perfume de las flores diurnas y
nocturnas que elevan al cielo su fragancia para celebrar con los ángeles la
alegría de que otro niño del universo ha escuchado la sinfonía y desea dejar su
huella.
La naturaleza con sus
flores, árboles, lagos, ríos, mares, montañas, desiertos nos ofrece la libertad
de ser originales, de capturar la belleza de lo que nos rodea, todo es
movimiento, todo crece y evoluciona. La naturaleza es un mundo en eclosión y al
mismo tiempo un mundo de ocultación, ya que la vida se genera en lo más
profundo de la tierra y se manifiesta en los brotes que vemos.
Los genios y los sabios
han sido seres solitarios que se encontraban en unión con la naturaleza y su
observación les permitía comprender el milagro de la vida interior y exterior.
Así pues, los sentidos son esenciales para iniciar el conocimiento y llegar a
lo más profundo de nuestro ser. La naturaleza es nuestra maestra, nos enseña
que debemos tener la cabeza en el cielo y los pies en la tierra para disfrutar
plenamente de la vida.
El “cielo” es la sinfonía
perfecta que se oye dentro del alma y la podemos manifestar a través de los
sentimientos, emociones y acciones, dejando su impronta en notas musicales, en
mármol, en lienzo, en papel o en el aire.
Vivimos en un mundo de
diferentes lenguas, saberes, tradiciones, creados por la belleza del sentir
individual que nos lleva a desear encontrar la verdad del conocimiento sublime.
En mi opinión, creo que
Beethoven con su maravillosa novena sinfonía es un ejemplo de que sentir es
pura belleza.
¡Alegría, hermoso destello de los dioses, hija
del Elíseo! / Ebrios de entusiasmo, entramos, / diosa celestial, en tu
santuario. / Tu hechizo une de nuevo lo / que la acerba costumbre había
separado; / todos los hombres vuelven a ser hermanos / allí donde tu suave ala
se posa. / Aquel a que la suerte ha concedido / una amistad verdadera, / quien
haya conquistado a una hermosa mujer, / ¡una su júbilo al nuestro! / Aún aquel
que pueda llamar suya / siquiera a un alma sobre la tierra. / Más quien ni
siquiera esto haya logrado, / ¡que se aleje llorando de esta hermandad! / Todos
beben de alegría / en el seno de la Naturaleza. / Los buenos, los malos, /
siguen su camino de rosas. / Nos dio besos y vino, / y un amigo fiel hasta la
muerte; / lujuria por la vida le fue concedida al gusano / y al querubín la
contemplación de Dios. / ¡Ante Dios! / Gozosos como vuelan sus soles / a través
del formidable espacio celeste, / corred así, hermanos, por vuestro camino
alegres / como el héroe hacia la victoria. / ¡Abrazaos millones de criaturas! /
¡Que un beso una al mundo entero! / Hermanos, sobre la bóveda estrellada / debe
habitar un Padre amoroso. / ¿Os postráis, millones de criaturas? / ¿No
presientes, oh mundo, a tu Creador? / Búscalo más arriba de la bóveda celeste /
¡Sobre las estrellas ha de habitar!
(Texto
de F. Schiller y foto de la web)
lunes, 6 de marzo de 2023
Poesía
Poesía, palabras que forman frases
que bailan o vagan a través del aire,
juegan con el viento y acarician a
las personas que recogen sus mensajes.
Mensajes de buena voluntad,
que crean una nueva percepción de la vida
a través del baile de palabras que acaricia el alma
y nos da esperanza para que el mundo
sea una realidad mágica.
Poesía es arte que crea sinfonías eternas
donde la tragedia da la bienvenida a la vida
alzando su voz con pasión y motivación,
“la vida es para vivir y aprender a ser feliz”.
Poesía, maravilloso instrumento
que nos hace reflexionar sobre
¿Qué es lo correcto y lo incorrecto?
Poesía que habla de profundas emociones
y profundos sentimientos vividos y muertos.
La poesía nos ayuda a compartir sentimientos
de amor y terror, de besos y puñales,
sentimientos inscritos en el alma
bajo una geometría sagrada.
Poesía de palabras que bailan con el viento,
en cielos claros que asoman en el universo
formado por estrellas, cometas y agujeros negros,
haciéndonos sentir la grandeza del Ser que ha creado
al planeta y al ser humano con su dignidad y fortaleza.
Poesía cantada, escrita, esculpida, pintada,
una flor, una mirada, una noche estrellada,
un cielo claro, una noche oscura,
todo forma parte de ese arte
de palabras que es el baile de la vida.
Todo pertenece a la poesía
porque es dicha y desdicha,
destinos que hay que vivir
para aprender a ser feliz.
Muerte, desgarro, dolor,
la poesía lo describe con amor,
profundo sentimiento del alma
que todos conocemos
y echamos de menos sin saberlo.
Hay sentimientos efímeros
y sentimientos eternos
que cada persona vive y siente,
al escribir su poema
como mejor le parece,
pero no podemos olvidar que la poesía
es para hacer crecer el alma,
con su luz y belleza,
abrazando encuentros y desencuentros
que nos dicen: la vida es corta para ser vilipendiada,
“la vida es para vivir y aprender a ser feliz”
(foto de la web)
jueves, 26 de enero de 2023
La vida, esa silueta de espaldas que se aleja cada día…
La vida con su encantamiento mágico entrelaza senderos que nos conduce a encontrar el camino del recuerdo.
Cuando caminamos y vemos nuestra
sombra delante de nosotros, siempre la seguimos porque sentimos que nuestra
espalda está protegida por un escudo de cálidos rayos cristalinos, presagio de suave
primavera.
Ese suave presagio de
primavera nos invita a dejar de ver el cielo azul entre barrotes para salir a
la libertad y observar la belleza del universo vivo en las flores abiertas de
los caminos que nos regalan su fragancia y belleza.
La vida, esa silueta de
espaldas que se aleja cada día…
La naturaleza siempre ha permitido
que la razón y la imaginación de los seres humanos construyan un mundo mejor
para todos; sin embargo, el mundo sigue estando en crisis y los seres humanos
fragmentados por el egoísmo, la ambición de poder y el terror como medio de
imposición, lo que ha creado fisuras en el alma y profundas heridas.
Hemos perdido el sentido
mismo de nuestra existencia al dejar de mirar al cielo azul, lugar de belleza y
armonía, que como un espejo se refleja a cada instante en la tierra, para
recordarnos que nuestra existencia puede ser auténtica si vivimos con valores y
valentía o falsa si vivimos bajo el engaño y las apariencias.
La vida, esa silueta de
espaldas que se aleja cada día…
El deseo de vivir se acompaña
de un deseo de belleza y alegría. Vivimos sin comprender la vida. La vida no
solo es un espacio temporal limitado por el reloj del tiempo. La vida es mucho
más. La vida es la aventura del espíritu y la magnificencia de la tierra
florida que cada cuerpo puede observar.
La vida es buscar, buscar,
buscar, ser nómadas y amigos del viento, caminar por vergeles y desiertos donde
encontraremos piedras preciosas y pedruscos, así como a otros caminantes que nos
acompañarán y después de un cierto momento seguirán su propio camino. Unos nos
dejarán huella con sus ideas, otros con el amor de su corazón y otros con sus
violencias.
La vida, esa silueta de
espaldas que se aleja cada día…
El horizonte se ha abierto
para que podamos viajar al mundo sensible y gozar de la delicadeza de una gota
de agua que crea un río en el cristal de la ventana cuando el otoño nos da la
bienvenida.
Las enseñanzas en el templo
de las Musas nos obsequiaron con el conocimiento de que la humanidad es un
conjunto de hombres y mujeres libres —individuales, diferentes, irrepetibles—, que
están en el mundo para hacer cosas, crear y buscar una nueva visión de la vida
asumiendo su libertad —errores, falta de certeza, miedo, angustias—. Hay una
fuerza dentro de cada ser que despierta cuando los humanos se pierden y se
encuentran. Esa fuerza es la que hace que valga la pena vivir, la que marca un
sentido, abandonar la hipocresía y la mentira para ir en busca de la verdad y
alegría.
Nuestros antepasados
comprendieron que la vida es un desafío de los dioses, el ser humano debe
descifrar el enigma del espíritu que se encuentra en la movilidad e inmovilidad
del cielo azul que se esconde bajo nuestra piel.
La vida, esa silueta de
espaldas que se aleja cada día…
Mirando mi sombra y sintiendo
los cálidos rayos del sol que hacen funcionar las ruedas de mi corazón, me doy
cuenta de que podemos estar en la ciudad del olvido recordando que somos
caminantes en una tierra de sueños y podemos escribir con mano firme el destino
de los ideales que sentimos.
En la ciudad del recuerdo, la
vida guarda un tesoro envuelto en seda, la sabiduría y el conocimiento. En este
viaje del olvido al recuerdo, la vida nos acompaña siempre en nuestro camino,
porque la vida somos nosotros mismos.
La vida, esa silueta de espaldas que se aleja cada día…
jueves, 5 de enero de 2023
La libertad del espíritu
Confucio dijo: "la naturaleza hace a los hombres parecidos, la vida los hace diferentes".
El
horizonte se ha abierto para que la primavera nos embriague con su luz,
fragancia y belleza. Esa sensación de frescor nos impulsa a volar para ir al
encuentro de nuestros deseos más profundos que se multiplican como setas.
¿Qué haríamos sin deseos? Sobreviviríamos a una existencia llena de apatía que
apaga el sentido de la vida.
Todos
llevamos en nuestro interior un baúl lleno de ideas preconcebidas
que nos empujan al juicio cuando alguien no piensa ni actúa como nosotros. Sin
embargo, todos llevamos una verdad inherente a nosotros mismos y tenemos miedo
de faltar a esa verdad, no solo ya de palabras, sino de comportamiento, aunque
sea inconscientemente. Dicha verdad está regida por un mandamiento
superior de valores humanos como justicia, respeto, libertad, integridad y
solidaridad, los cuales olvidamos con frecuencia debido al autoengaño. Nos
ilusionamos suponiendo que, si nos ponemos la capa mágica, podemos cambiar en
un día, que todo se disolverá y volveremos a empezar otra nueva historia.
Las
creencias siempre han estado unidas al ser humano —Naturaleza, Luz, Dios,
Allah, Yahvé, Zoroastro, Buda, Wakan Tanka…—, necesitamos creer en algo. Cada
uno lo llamará como lo sienta, esto no tiene importancia porque no es lo
importante. Lo esencial es creer en los valores y en la fuerza que de ellos se
desprende para usar ese impulso y mejorar la imagen de nosotros mismos al ser
proclives al análisis de crear el bien.
Estamos
en el mundo para hacer, para crear algo bueno, para cumplir un destino, para
conocer nuestra alma. Cuando seguimos nuestros ideales, un nuevo flujo de
alegría nos guía porque asumimos nuestra libertad, nuestra falta de certezas,
nuestros errores y nuestras angustias, todo forma parte de nuestra vida y
aunque siempre volvamos al camino con nuevos compañeros de viaje, seremos
diferentes porque aprendemos de nuestra experiencia y no nos escondemos bajo el
paraguas de las excusas.
Cuando
vivimos bajo la sombra de la coacción es cuando a hermandad de la humanidad se
desgrana bajo el terror. Los problemas humanos no se solucionan con
imposiciones ni armas. Construimos templos de ladrillos para marcar la
diferencia en las creencias; al principio se construyeron para albergar a
personas que deseaban momentos de paz, compartir con otros su generosidad o
buscaban el perdón. Con el tiempo el ansia de poder destruyó la esencia de la
inocencia y de la verdad. Con gran pérdida para la humanidad nos olvidamos de
nuestro templo interior, el sanctasanctórum, lugar sagrado donde los antiguos
lo situaban en lo más profundo del templo porque unía el cielo y la tierra.
Las
religiones fueron instauradas por seres humanos, siendo su poder muy codiciado,
generando guerras de religiones donde se ha masacrado a millones de seres
humanos en nombre de Dios. Esa guerra es una lucha entre egos ciegos, egoístas
e ignorantes que aún no saben que nada saben; esos egos ganan batallas a través
del terror y del miedo, sin embargo, los valores humanos florecen con la
primavera cada año y su fuerza y belleza hacen que su simiente sea eterna.
Creer
en el amor, respeto, dignidad, humanidad es sentir la savia de la vida al usar
la cereza de la bondad para defender la paz del mundo y la libertad del
espíritu.