Como
decía Pitágoras:
“No
podemos permitir que unos cuantos dicten el rumbo de nuestro planeta ni de la
Humanidad”
“¡Hombre
de estado!, antes de dar leyes al pueblo aprende bien las de la armonía”
“Vivir
según la Naturaleza es vivir según los dioses”
Durante siglos nuestros
antepasados nos han reiterado una y otra vez que destruir la naturaleza y a
nosotros mismos es destruir el don sagrado que todos poseemos, la vida, con
graves consecuencias para todos. Si seguimos destruyendo nuestro don sagrado dejaremos
de ser seres humanos para convertirnos en gigantes bestias cuya única distracción
es la crueldad.
El
panorama que tenemos en el mundo entero es desolador. Ha llegado el momento de
elegir y de tomar la decisión de luchar todos juntos por una vida mejor para
todos en serenidad, progreso y equilibrio. Es hora de dejar atrás a los
gigantes, a las mentes perversas que se alimentan de odio y violencia y que
impiden la paz; no es el momento de tener miedo sino el momento de buscar
soluciones urgentes al caos que estamos creando.
Ha
habido grandes catástrofes provocadas por seres humanos cuyas consecuencias aún
nos hacen sangrar nuestras heridas abiertas. En estos días la Madre Naturaleza
se ha manifestado a través de sus entrañas, llorando y aullando sus gritos de
desesperanza, haciendo mucho daño a miles de personas. No es el momento de que
algunos Gobernantes hagan un pulso con la naturaleza, ni de relaciones de
fuerzas ni de mostrar quien es el más poderoso. Es el momento de tomar medidas
y buscar soluciones a tanta miseria, a tanta destrucción y a tantas violaciones
de los derechos humanos en todos los países del mundo.
Todos los seres que vivimos en el planeta Tierra somos inquilinos efímeros, nada nos llevaremos el día del adiós definitivo. Así que ¿por qué no disfrutemos de las maravillas del planeta? ¿Por qué no hacemos lo correcto ayudando y compartiendo un poco de serenidad, alegría y amor con todo aquel que se encuentra en la tristeza y en la miseria?
No
podemos separar los elementos que componen el planeta -agua, tierra, fuego,
aire-, todos juntos forman la unidad de la Naturaleza al igual que todos los
seres humanos formamos la unidad de la Humanidad.
Los
Gobernantes tienen una responsabilidad muy grande hacia todos los ciudadanos y
hacia la Naturaleza, es primordial que se centren en los problemas actuales,
que busquen soluciones y que garanticen el respeto a la Naturaleza y la paz a
la Humanidad.
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