(de la red)
Como
decía Albert Einstein: “La imaginación es más importante que el conocimiento”.
La fuerza del pensamiento es infinita así como la energía, por lo tanto,
podemos transformar nuestro micro universo.
Imagina
que tus pensamientos vuelan hacia las alturas y descansan en las blancas nubes cargadas
de paz y serenidad, para luego caer en forma de lluvia y regar la tierra con
armonía y bondad.
Imagina
que esa lluvia de corazones alivia a la malherida Madre Tierra y sana a
hombres, mujeres y niños que sufren sed y hambre, porque la tierra se ha roto
de tanta polución, radiación, mareas negras y basuras que no dejamos de tirar
en el mar y en la tierra.
Imagina
un gobierno en el que todos sus representantes sean hombres y mujeres de honor,
luchando por un solo objetivo: la paz y la unidad; donde la justicia sea igual para todos, dónde
todos los países sean aliados y busquen apoyos, en lugar de diferencias, para
erradicar las armas y el yugo de la violencia o de la esclavitud.
Imagina
que la religión, pilar de millones de seres humanos, baje sus armas y se una a
la verdad del Amor. Amor desinteresado y sin apegos, Amor sin color ni sexo, Amor sin fronteras, Amor incondicional a la naturaleza y a los seres vivos.
Imagina
que todos los seres humanos forman una nación, la Humanidad, cuyos lazos brillan
en el universo, caminan mirando de frente hacia su destino, cada uno diferente
pero movidos por la fuerza del perdón, la solidaridad y el amor.
Imagina
que los bosques y selvas crecen y nos traen aire fresco, alejando enfermedades y
muertes causadas por la amputación de
millones de árboles.
Imagina a
los animales viviendo sin miedo porque ya no pueden ser mostrados como trofeos.
Imagina
que el sol, que cada día nos da vida con su luz, nos entrega sus caricias para
que la humanidad pueda sentir el calor de la pasión sin miedo a la violencia ni
a la humillación.
Imagina
que las estrellas y la luna nos arropan con su luz para que la noche
oscura se ilumine y no sintamos miedo ante las sombras que nos acechan.
Imagina,
imagina, imagina… pero siempre en positivo para establecer un vínculo de
armonía para que la vida sea alegría.
Mahatma
Gandhi decía: “La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno
dice y lo que uno hace está en armonía”.
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