Confucio dijo:"La naturaleza hace a los hombres parecidos, la vida los hace diferentes"
Cada uno de nosotros podemos cambiar las cosas aceptando nuestra diferencia y desarrollando nuestra creatividad, cada uno en su lugar, en su trabajo, en soledad, en su sociedad, en su familia, en su país. No debemos ni podemos olvidar que todos nosotros dejaremos el planeta y regresaremos, tarde o temprano, A LA INOCENCIA primitiva.
Todos llevamos en nuestro interior una verdad inherente a nosotros mismos, verdad que debemos descubrir y luchar por ella, regidos por un mandamiento superior de justicia, respeto, integridad y solidaridad. El conjunto de la Humanidad necesita amor y compasión, reconocimiento y serenidad. Construimos templos de ladrillo pero nos olvidamos de construir nuestro templo interior, donde se encuentra el sancta-sanctorum, el verdadero YO, nuestros sueños, ansias y anhelos, nuestro amor y nuestra compasión.
Los templos de ladrillo existen para compartir con otras personas unos momentos de paz y solidaridad pero el templo interior es individual y único, intangible e invisible y está construido por nuestra fe. Muchas personas confunden fe con acatar normas y preceptos. La fe nos hace ser mejores personas, la espiritualidad es Espíritu no religión, y actúa como un láser que nos penetra y nos abre un punto en el corazón y cuando nos toca esa energía "abstracta" no podemos, a partir de ese momento, negar su existencia. La fe se siente en lo más profundo de nosotros mismos, y es el timón que nos guía para buscar nuestra verdad; podemos creer en una flor, en nosotros mismos, en el sol, en el fuego, en la Naturaleza, en la energía, en el universo, en Dios, Allah o Yavé... pero todo nos lleva hacia la misma verdad, EL AMOR y LA COMPASIÓN, atributos humanos que hacen que la Humanidad siga existiendo.
Muchas personas olvidan con frecuencia su propia verdad y se extravían por derroteros de su propia destrucción. Para poder ver claro tenemos que alejarnos del cuadro que estamos observando, buscar otra perspectiva que nos ayude a ver en su totalidad lo que estamos percibiendo. Para esto hay que hacer una distinción entre las cosas que nos empaña la vista y lo que vemos claro, esa distinción, esa observación es muy importante para nuestro comportamiento y nuestras decisiones.
En la vida todo es posible si lo que hacemos es justo y lo hacemos correctamente. Tendríamos que llegar a un punto en nuestras vidas en que la justicia sea la bandera, el blasón de todos los hombres y mujeres de corazón, tendríamos que cumplir las leyes sin necesidad de imponerlas ni de estar escritas, solo con la palabra dada, tenemos que hacer resurgir el honor y el respeto, la dignidad y la fraternidad.
Las personas no cambiamos ni por leyes ni por la violencia, las personas cambiamos solo por amor, el amor siempre saca lo mejor de nosotros mismos y realiza milagros.
Vivamos nuestra fe, la de cada cual, en armonía y sinceridad, compartiendo la paz y la compasión que son atributos de la Humanidad.
Vivamos nuestra fe, la de cada cual, en armonía y sinceridad, compartiendo la paz y la compasión que son atributos de la Humanidad.
La fe es universal y es inherente a cada ser humano, todos vivimos la fe de diferente manera, dependiendo de nuestra evolución. La fe se siente en lo más profundo del ser y es el motor para que nuestras vidas sean más agradables y verdaderas.
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