Los ciudadanos del mundo alzamos de nuevo nuestra voz para decir que estamos
cansados de tantas guerras, de tantas injusticias, de tanta miseria, de tanta
corrupción… y exigimos a los gobernantes, dirigentes, financieros encargados de
velar por el bienestar de los ciudadanos –sean del partido que sean–,
responsabilidades. A las Organizaciones Internacionales que luchan por los
derechos humanos, la paz, la libertad, la integridad, la seguridad que
continúen alzando su voz para acabar con esa tragedia que es la violencia. A
los religiosos encargados de velar por las almas de los ciudadanos lo hagan con
respeto y tolerancia –sean de la creencia que sean–, que no juzguen, que apoyen
y ayuden a todo aquel/aquella que lo necesite.
Todos sabemos que vivimos momentos duros donde la muerte se impone a la
vida, donde las líneas del respeto y dignidad se han borrado, donde el poder de
la fe y confianza en el ser humano se han evaporado; la paz cede ante la
guerra, la justicia ante la injusticia, el amor ante el odio, la vida ante la
muerte. Los responsables de tanta miseria y sufrimiento deben ser conscientes
de sus actos, pues sus consecuencias son muy graves y dolorosas para el
conjunto de la humanidad. Pérdidas de vidas, hogares destrozados y cicatrices
que no sanarán. “Todos ellos, líderes y gobernantes, tienen la responsabilidad
de restablecer el derecho a la vida a través de la esperanza que brinda la paz
para poder seguir adelante”, como decía Mahatma Gandhi.
Todos los ciudadanos del mundo formamos el corazón del guerrero de AHIMSA,
la no violencia, y luchamos en la paz con fuerza y determinación, coraje y
entusiasmo porque sabemos que nuestra lucha sin violencia terminará ganando,
pues la luz siempre vence a la oscuridad. El amor hace retroceder al odio, la
paz entierra a la guerra, la justicia se eleva frente a la injusticia, la
libertad libera a la esclavitud, el bien transforma al mal.
Es hora de parar las guerras, de que la tiranía y el totalitarismo den paso
a la libertad y a la vida; es hora de que los ciudadanos del mundo podamos
vivir en nuestros países en paz, sin miedo a represalias, viendo a nuestros
hijos crecer, mientras juegan y estudian, para que en un futuro real puedan
decidir sus destinos y no sean abatidos por balas perdidas procedentes de un
poder abusivo.
Los guerreros del mundo siguen luchando para que los campos estériles sean
plantados con árboles y flores de mil colores y para que todos los ciudadanos
del mundo puedan vivir con respeto, dignidad, paz y libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario