Ha llegado el momento
de asumir los designios del destino por lo que hoy no es un día cualquiera. Hoy
levantamos nuestras banderas de guerreros de la paz para que juntos establezcamos
una armonía y una sinergia que alcance a todos los seres humanos del planeta en
una danza sublime y conmovedora, para que las dudas, los temores y los miedos
se apacigüen con el bálsamo del amor y de la esperanza y así liberar toda nuestra
fuerza y energía para poder seguir adelante con nuestro objetivo: la paz, con la
confianza que procura bienestar a todos aquellos que sienten que forman parte
del Alma Universal.
Hoy no es un día
cualquiera porque los guerreros de la paz se han unido en un canto de alegría
que llena el aire de hilos luminosos que
tejen las voces de millones de personas exigiendo paz; luces que como estrellas
fugaces traen deseos de esperanza, deteniendo el tiempo en un momento de
serenidad y sosiego.
La belleza de los
rayos del sol declinando su luz, dando la bienvenida al ocaso con sus colores y
belleza saludan al océano de las estrellas… Hoy no es un día cualquiera porque
el reino de la noche nos brinda el perfume de sus damas que endulzan el aire para
que los espíritus nocturnos se serenen y descansen, dejando que la magia de la
noche con su gracia y misterio den paso a la llegada del alba que con su esfera
dorada y bermeja saluda y da la bienvenida a la otra mitad del planeta donde nacerán
nuevas historias e ilusiones, sabiendo en lo más íntimo del alma que hay que
tener fuerzas para elevarse ya que cada día cerramos un ciclo, saludando al
ocaso y al amanecer… y con esa gracia que alegra al ojo humano nos hagan sentir
que hoy no es un día cualquiera.
Han pasado miles de
años y se siguen oyendo gritos que arañan el aire y sentimos que las gotas de
luz que trae la lluvia no amortiguan ese
dolor y que las lágrimas de millones de personas mojan la tierra haciendo que
los demás podamos percibir ese olor a tierra mojada inundada de lágrimas de tortura
y de angustia…; tierra que sufre y grita desde su interior, haciéndonos sentir
que es hora de levantar las banderas de la paz para curar los arañazos de
súplicas que rasgan el cielo; para deshacer las esculturas con espinas que nos
atraviesan la carne y son trampas para nuestras almas.
Hoy no es un día
cualquiera aunque el sufrimiento y la desesperación sigan desgarrando el aire
que respiramos, contaminado por decisiones de algunos señores que solo piensan
en dividir al mundo para tener más poder y mantener bajo su yugo a millones de
personas. Noticias trágicas, familias desgarradas sin esperanza, personas
anónimas que se quedan en la cuneta del camino con su frágil esperanza; corazones
rotos, llantos y algunas risas… Hoy levantamos las banderas de la paz para
aportar luz y esperanza al enigma de nuestro presente y que nuestros
pensamientos más profundos se unan en un mandala de compasión, de esperanza y
de justicia.
Hoy no es un día
cualquiera porque hemos decidido que ya no toleraremos más el sufrimiento
atroz, horrible de millones de seres humanos solo porque algunas personas
tengan bulimia de guerra, individuos con corazones de metal, corazones ingratos
que no saben lo que significa la compasión, la justicia, el respeto, la
solidaridad; individuos que han olvidado
lo que significa ser un Ser Humano.
Hoy no es un día
cualquiera porque el amanecer nos trae el aire puro y suave como un bálsamo
para nuestra vieja alma y nuestros ojos cansados para que podamos ver campos de
lavanda, de girasoles, de almendros en flor; volcanes majestuosos que se
levantan en medio de montañas y nos hacen sentir la grandiosidad de la Naturaleza;
los rayos del sol nos bañan y nos acarician trayendo coraje y fuerza para
mantenernos vivos y seguir luchando por los derechos de cada uno de los seres
vivos que componen esta gran belleza natural que es nuestra casa, la Madre
Tierra.
El sol, la luna, las
estrellas, el aire, el agua, las montañas, los volcanes, los desiertos, los
árboles, los seres vivos, todos y cada uno de los átomos que componen el
universo y la naturaleza se mueven y giran alrededor de la Luz, por esto, hoy
no es un día cualquiera porque la magia de la vida nos aporta luz a nuestro
presente inseguro para que las puertas se abran, caigan los muros y se tiendan
puentes para que todos podamos seguir avanzando, conviviendo, aprendiendo
mutuamente con solidaridad y respeto.
Hoy no es un día
cualquiera porque levantamos nuestras banderas de la paz entonando el himno de
la alegría con voluntad, con fuerza, con determinación y con coraje para que
reinventemos nuestras acciones, aprendamos de nuestros errores, reflexionemos que
hay millones de seres humanos en la miseria y en un sufrimiento atroz. Tenemos
que adaptarnos a las leyes universales del equilibrio y de la armonía, del amor
y de la esperanza, yo las guardaré en mi corazón, en ese rincón sagrado de mi
alma para seguir compartiéndolas y seguir luchando por los Derechos de los
Seres Humanos.
Hoy es un día especial...
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