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Ahimsa es vida

sábado, 27 de febrero de 2016

SOMOS HIJOS DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD


Si echamos una mirada hacia atrás, al pasado de la humanidad, nos damos cuenta de que siempre el ser humano ha estado en conflicto, consigo mismo, con los demás, con los libros, con la medicina, con el saber, con las religiones, con el poder... no paramos de crear conflictos, en la actualidad nada ha cambiado, pero es hora de tomar consciencia de que somos hijos de la Historia de la Humanidad con derechos a la libertad, la  paz, la justicia, la dignidad y el amor.

Me gusta observar mis emociones y reacciones, esta observación interior ha desarrollado la empatía y conocimiento hacia mi misma y hacia los demás, he podido ir transformando las emociones que no me gustan y me causan dolor por otras más serenas y alegres, esta transformación se ha realizado progresivamente y las personas que me rodean lo han ido sintiendo. Esta observación interior se ha extendido hacia el exterior, hacia la gente que pasa por mi lado, a los que me encuentro en los aeropuertos, en los restaurantes, en la calle, en el cine, en reuniones, en familia… observo sin juicios y comprendo que cada persona tiene su propia historia a vivir, tiene  su propio sueño a descubrir y tiene su propio camino a hacer. Todo depende de las decisiones que tomemos.

Muchas personas se han parado en la rueda de la vida, unos por miedo, por falta de confianza, por falta de coraje, otros porque es más cómodo quedarse sentado en el sofá y que otros hagan su trabajo, pero lo que no saben o no quieren saber es que la rueda de la vida sigue girando con nosotros o sin nosotros. Todos podemos elegir y la decisión es nuestra así como la responsabilidad.

Esa mirada que hemos echado hacia atrás, nos ha hecho ser conscientes de que el odio y el amor son dos caras de una misma moneda pero las consecuencias de estar en una cara u otra es abismal. Con el odio destruimos, sufrimos y hacemos sufrir, no avanzamos, solo cavamos pozos profundos de ignorancia y dolor, creando rencor, animadversión, abominación... Con el amor creamos, construimos vidas, paz, libertad, educación, progreso, bienestar... Con el amor avanzamos cada cual a su ritmo y por el camino que decida siempre respetando y tolerando a los demás y así mismo; el amor abre puertas hacia la realización de nuestros sueños más profundos ya que nos da alas, fuerza y coraje para volar y siempre saca lo mejor de nosotros mismos.

Tenemos que ser conscientes, responsables y coherentes de con qué cara de la moneda queremos quedarnos para tomar decisiones, no olvidemos que nuestros peores enemigos somos nosotros mismos y necesitamos serenidad y confianza para elegir libremente el camino que queremos tomar. No seamos autómatas y actuemos mecánicamente, reflexionemos y tomemos la decisión adecuada.

Lo importante en nuestra vida es nuestro comportamiento y nuestras acciones. Las palabras lanzadas al vacío son huecas, las palabras dichas sin sabiduría caen en el olvido, en un desierto árido. Las palabras deben de estar seguidas por acciones correctas solo así habrá dialogo y el mensaje pasará ya que se llegará al compromiso y a la comunicación, a la armonía y a la reconciliación. Ha llegado el momento de recular las fronteras de la ignorancia, con cada paso que avanzamos nos hacemos más fuertes,  valientes y audaces; la observación interior y exterior nos ayuda a  no aceptar manipulaciones ni mentiras que son una vejación, una afrenta a nuestro Ser. 

Todos tenemos derecho a vivir la vida que realmente deseamos y luchamos por conseguir, todos tenemos derecho a ser felices, y a ser capaces de realizar nuestros sueños, unos serán más fáciles que otros, pero todos tenemos la responsabilidad de hacerlo, soñar es avanzar, todos formamos parte de la Historia de la Humanidad. La Naturaleza está cansada de tanta sangre vertida a lo largo de tantos miles de años de sufrimiento, de tanto dolor y pide clemencia, pide compasión a todos los seres humanos para que de una vez por todas el conjunto de la humanidad pueda vivir en paz, libertad, alegría, dignidad.  Todos somos hijos de la historia de la humanidad, todos somos un eslabón de la gran cadena humana, si uno sufre, el resto sufre, si uno no es responsable los demás sufrirán las consecuencias, de ahí la importancia de ser conscientes y responsables de nuestros actos y palabras.

Si desarrollamos valor para vivir y afrontamos nuestros miedos irresueltos podemos sentirnos ligeros y serenos. Todo depende de la decisión que hayamos tomado, de la cara de la moneda que hayamos elegido. El camino lo hacemos nosotros mismos con nuestra andadura, nunca los demás podrán hacer nuestro camino. Caminar significa adentrarnos en una aventura que desconocemos lo que nos hace sentir miedo porque nos alejamos de nuestra zona de confort y nos hace sentir esas mariposas en el estómago, la aventura es adentrarse en territorio desconocido, pero poseemos unos útiles en el interior de gran valor como son la observación y la lucidez, el coraje y la confianza.

Todo tiene una razón de ser, a veces lo comprendemos y aceptamos y otras no, ese es el gran misterio de la vida. El por qué de la vida es avanzar, aprender y seguir avanzando hasta alcanzar nuestros objetivos y nuestros sueños, si no la vida se encargará de presentarnos una y otra vez el mismo escenario con diferentes actores hasta que comprendamos.

Somos los arquitectos de nuestras vidas, construyamos una vida placentera, una vida donde nos sintamos bien y orgullosos de pertenecer a la raza HUMANA, debemos ayudar a los más necesitados, a crear puentes para que todos podamos alcanzar la educación, el trabajo, el respeto, la libertad, la tolerancia, la sanidad, la dignidad. 

La realización de nuestros sueños ayudarán a otras personas a crear un futuro mejor, "las ideas perfectas producen perfección y las ideas imperfectas, imperfecciones", la decisión nos pertenece.






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