Por mucho que corramos no llegaremos antes a ningún sitio ni siquiera en nuestra vida.
Nos pasamos la vida corriendo yendo de una situación a otra, que si casa, que si familia, que si trabajo, que si amigos, que si tal o tal obligación... y cuando nos damos cuenta se nos ha pasado la vida sin saber como, sin haber hecho nada, hemos olvidado nuestros sueños, nos hemos conformado y lo único que hemos hecho es correr; en algunos momentos de lucidez nos damos cuenta de que aún no hemos llegado, ¿a dónde? nadie lo sabe.
La vida es para disfrutarla, tranquila y serenamente. Ya hay muchos problemas en el mundo, muchísimos, unos graves y otros gravísimos para que nosotros los incrementemos y pasemos al lado de la vida sin prestarle atención.
En estos momentos tan críticos de nuestra existencia donde millones de seres humanos lo están pasando tan mal, donde el suelo del planeta se seca, donde antes había cultivo ahora hay piedras, donde las personas viven cada día más inmersas en una paupérrima miseria, donde la corrupción de los gobernantes se nos atraganta, donde hay tantos reyes sin corona, donde el conflicto es perpetuo, nosotros tenemos la obligación de parar de correr y centrarnos en nuestras vidas, ¿por que? porque es la única forma de poder ayudar a los demás, porque es la única forma de ser conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, porque si somos conscientes podremos buscar soluciones reales y no ficticias, porque podremos priorizar las necesidades y no seguir gastando el dinero ni las fuerzas en cosas que son innecesarias e incluso inútiles.
Cada persona tiene la obligación de hacer el bien en su pequeño entorno, para ir extendiéndolo hacia su región, su país, su continente hasta englobar el planeta. No es una utopía, ahora vivimos en un mundo global, las noticias llegan en cuestión de segundos, todos somos responsables y conscientes -o deberíamos-, de lo que pasa a nuestro alrededor, pero es verdad que para ser conscientes tenemos que ser antes responsables y consecuentes de nosotros mismos. Hay que parar de correr, hay que parar de ir hacia ninguna parte, sin rumbo si seguimos así terminaremos a la deriva.
Debemos luchar por la VIDA, por la UNIDAD, por la PAZ, por la LIBERTAD, muchas personas han dado su vida, sus pensamientos, sus ideas para que nosotros vivamos mejor, es ahora nuestro turno de dejar constancia de nuestras reflexiones, proyectos para que los que vengan tengan una vida más fácil y mejor.
Ahora no se trata de aspirar a un mundo mejor, ahora debemos trabajar para obtener resultados y crear un mundo mejor, para mejorar al mundo tenemos que tener voluntad y experiencia en hacer el bien en pensamientos, palabras y acciones, siempre por el bien mayor, LA HUMANIDAD ENTERA.
Tenemos que sentarnos a dialogar, a llegar a acuerdos y ponerlos en práctica, los dirigentes deben de anteponer el bienestar de todos los ciudadanos al suyo propio, tenemos que crear puentes, cueste lo que cueste para que la humanidad pueda vivir dignamente, y dejar de levantar muros, si seguimos levantando muros nosotros mismos terminaremos aplastándonos unos contra otros.
Busquemos la belleza de una sonrisa, las estrellas en una mirada, la bondad en los actos ajenos, la compasión entre los seres, SEAMOS SERES HUMANOS.
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