Los Derechos Humanos:
paz, libertad, dignidad, tolerancia, respeto son las bases para una convivencia
pacífica entre todos los seres humanos.
Los Derechos Humanos nos
pertenecen a todos por igual son nuestro bastión y nuestro estandarte. No se
puede seguir permitiendo que unos cuantos individuos sigan desequilibrando
nuestro mundo, usándonos como marionetas mientras ellos se esconden en su torre
de marfil y juegan a los soldaditos sacrificando a miles de personas que no comprenden
ni saben por qué viven ese infierno.
Si nos unimos podemos
cambiar el rumbo de las situaciones que tanto dolor causan: guerras,
violaciones, masacres, devastación de las culturas aborígenes y de la
naturaleza. La gran mayoría de los seres humanos buscan, desean y luchan por la
paz, por una vida digna con serenidad y por ver a sus hijos crecer; una manzana
podrida pudre a las demás como la minoría que se dedica a desequilibrar todo el
planeta y solo desea el aniquilamiento de
seres humanos para ellos poder alcanzar su beneficio.
Gran parte de los
seres humanos no comprendemos cual puede ser ese beneficio al que aspiran esos aniquiladores.
No se puede seguir quitando vidas humanas por un trozo de tierra, por dinero,
por poder, por racismo... Estamos en pleno siglo XXI y no hemos aprendido de
nuestros errores del pasado. Es verdad que
hay avances tecnológicos y algunos de ellos sirven para destruir vidas humanas y destrozar países por ese beneficio
que no logramos comprender.
Gritos de dolor y de
desesperación llenan el aire de nuestra Madre Tierra y ella, a su vez, clama
pidiendo paz, sus tripas se revuelven y rugen. No se puede seguir tolerando esa
apatía de los Gobiernos hacia miles de personas sin hogar, sin protección, sin
sustento ni aliento debido a las guerras, a las violaciones, a la esclavitud, a
la violencia, estamos matando a la Madre Tierra y matándonos a nosotros mismos.
La gran mayoría de la Humanidad está cansada de esta barbarie y pide el cese
inmediato de las guerras, de las armas y levantamos nuestra voz en un himno de
paz y de justicia, de libertad y dignidad, de respeto y de tolerancia, de perdón
y de compasión.
Sigo sin comprender el
porqué de tanta devastación y crueldad… No
sé cuál es el motivo ni la razón pero debemos recordar que todos somos
inquilinos de nuestro cuerpo físico, teniendo un contrato de arrendamiento por
un corto y efímero periodo de tiempo en
la Madre Tierra. No somos dueños ni siquiera de un cabello, solo nos llevaremos
nuestra alma y nuestro Espíritu.
Los seres humanos
debemos volver de nuestro exilio espiritual, tolerar las diferencias y unir
nuestros valores con respeto y dignidad, solo así conseguiremos una convivencia
pacífica.
Este escrito es una súplica
para los señores que solo desean la destrucción de vidas humanas por algún
beneficio escondido, les ruego que depongan las armas, que dejen la violencia,
las masacres, las violaciones para que todos podamos empezar una nueva vida y
podamos honrar la memoria de las personas que con gran sacrificio se han ido.
Hay que tener un punto de cordura como Sancho Panza en el Quijote.
Dejemos se jugar a ser dioses de barro y seamos seres humanos.
(fotos google)