Como decía Mahatma Gandhi,
"la Paz es el camino". Paz, además de ausencia de violencia y de
conflicto, es una actitud, no una simple palabra o pensamiento que suena bien en nuestra vida. No
habrá paz en nosotros ni en el mundo hasta que la paz no sea una cualidad intrínseca
en cada una de nuestras conciencias. No podemos decir que hemos cambiado y
seguir siendo la misma persona.
Paz, maravillosa palabra
y actitud que atrae a millones de personas; pero pocas están dispuestas a salir
de su pereza física, de la inercia para no seguir repitiendo: "total... yo
no puedo hacer nada"; hay que luchar y hacer el esfuerzo necesario para evitar
las situaciones conflictivas en nuestras vidas. Nos
gusta aconsejar o criticar a los demás sin ver
nuestra apatía, siempre "se ve mejor la
paja en el ojo ajeno", nosotros no vemos la nuestra, aunque nos esté
molestando hasta herirnos en lo más profundo, es más fácil ocuparse de los
demás que de uno mismo.
AHIMSA, palabra sánscrita
que significa "no violencia", -utilizada por Mahatma Gandhi para
definir su movimiento de no violencia-, y se construye en los Pensamientos,
Palabras y Acciones de cada uno de nosotros.
Los Pensamientos residen
en el cuerpo mental y es donde se originan las ideas positivas y negativas que
transformamos en palabras y acciones haciéndonos sentir bienestar o malestar. Los pensamientos son el resultado de nuestras experiencias que
hemos creado gracias a nuestras decisiones, decisiones tomadas o no tomadas;
nuestras decisiones siempre tienen repercusiones.
Las Palabras son
manifestaciones de nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y debemos ser
cuidadosos y respetuosos con lo que decimos. Hay palabras sabias, vacías, hirientes o que matan y esto se
manifiesta a través de las acciones positivas o negativas. Una vez pronunciada
una palabra no hay vuelta atrás; las palabras son flechas que una vez
lanzadas se dirigen hacia su objetivo; a veces, clavamos o nos clavan en el
corazón esa flecha siendo muy difícil extraerla, debido a su profundidad dejando una cicatriz profunda.
Las palabras positivas van dirigidas al corazón de la otra persona haciendo que
su magia obre milagros. Hemos olvidado el respeto y el compromiso a la palabra
dada y esto significa que nos hemos olvidado del honor y del
compromiso como ser humano. Nuestras palabras nos pertenecen, nunca podemos
hablar por boca de otra persona porque sus experiencias, emociones y sentimientos
le pertenecen; lo que sí debemos hacer es aprender a escuchar para comprender o
conocer mejor a esa persona.
Las acciones son las
manifestaciones de nuestros pensamientos y palabras, caricias y puñaladas en
nuestra vida. Si controlamos nuestros pensamientos y
palabras negativas y violentas, pararemos inmediatamente nuestras acciones
agresivas, evitando sufrimiento y dolor e incluso muerte a nuestro alrededor,
tanto física como psíquicamente.
Millones de renglones se
han escrito a través de los tiempos sobre la paz; pero en pleno siglo XXI
seguimos inmersos en graves conflictos de guerras, masacres, corrupción,
violaciones de los derechos humanos… La solución a todos esos conflictos es
tener una actitud digna que nos lleve a la paz, a AHIMSA. Hay que ser
conscientes de que no existe la panacea, no hay remedios milagrosos. Todos
llevamos una llave en el corazón que abre las puertas a la paz y a la alegría, esa
llave se llama Amor y encontrarla es nuestra responsabilidad.
Solo la transformación de
la violencia en la paz nos ayudará a transformarnos y a cambiar nuestra vida. Si
realmente deseamos la paz, este es el camino y es nuestra responsabilidad
porque no podemos seguir posponiendo el compromiso de la Paz. Ha llegado el
momento de comprometernos con nosotros mismos.
La vida tiene su propio
latido, el amor a la Humanidad y a todos los seres vivos.
"La Naturaleza Sagrada del Ser Humano" (Ángeles Carretero Casar)
(Imagen de la red)