Un laberinto es un recinto formado por diferentes
caminos y muchas encrucijadas, donde la salida es difícil de encontrar y confunde a los que transitan por él.
La vida es un laberinto donde hay caminos de penas y llantos, caminos con jardines maravillosos con su aroma a jazmín, caminos alegres y desenfadados, caminos de terror, muerte y desolación. El laberinto pone a prueba a los seres humanos que vivimos en el planeta.
Mientras caminamos por el laberinto donde las calles son muy parecidas y nos confunden, no podemos ver lo que pasa al lado, solo oímos un llanto o una risa y muchas veces nos sentimos impotentes, confundidos y frustrados, lo que nos produce agresividad porque estamos asustados y tenemos miedo, queremos volver a casa, a la seguridad y al confort del bienestar pero no sabemos cual es el camino de vuelta.
La única manera de salir del laberinto es elevar
nuestra conciencia para ver la salida. Para elevarnos necesitamos confianza, coraje
y perseverancia, útiles que nos permiten trabajar en nosotros mismos para
llegar a la paz y al equilibrio, una vez logrado la encrucijada se desvanecerá.
La paz es el nuevo reto de la humanidad en los próximos años. No podemos continuar viviendo en ese laberinto de dolor donde nos matamos unos a otros por 1€, por ser mujer o homosexual, por no profesar la misma religión, por ser blanco o negro, por ser de derecha o de izquierda... cualquier cosa es válida, da igual el motivo, matamos por matar y hemos llegado a un punto de crueldad que el planeta entero sufre y nos lo hace sentir con tantos cataclismos como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, huracanes... Debemos escuchar la voz de nuestra alma y de la naturaleza.
La paz es el antídoto a la violencia de cualquier género, la Paz debe trabajarse antes de nada en el pensamiento para que las palabras que digamos sean serenas y sinceras y nuestras acciones coherentes y correctas.
Con la paz podemos crear, crearnos a nosotros mismos, crear una familia, crear trabajo, crear bienestar y progreso, donde la ira se transforma en templanza y el odio se transforma en comprensión y tolerancia. Con la violencia solo generamos dolor destruyendo todo a nuestro alrededor. Ninguna ambición merece el precio de una vida humana.
Hay que volar por encima de la mediocridad de los seres ignorantes y malvados ya que la mejor manera de vencer a un enemigo es jamás parecerse a él.
Luchemos para que el laberinto de la vida sea un aprendizaje sereno y nos enseñe a luchar por un mundo mejor y por la paz en la Humanidad.
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