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Ahimsa es vida

jueves, 25 de abril de 2019

Paz y Libertad. Cuestiones abiertas


Estamos tan acostumbrados a oír malas noticias que muchas de ellas las banalizamos, nos sorprenden un día pero al día siguiente son un recuerdo que transita en medio de la bruma.  No podemos ignorar lo que sucede a nuestro alrededor. Hay que seguir alzando la voz por la paz y la libertad para que su vibración resuene en todo el planeta y toque las fibras de las almas sensibles y despierten a otras muchas personas que viven tranquilas porque se han dormido al timón de sus vidas.

Paz y Libertad, dos grandes y maravillosas palabras que han costado muchas vidas para que sigan brillando, su voz no se ha apagado porque es la fuerza vital de cada ser humano. Si echamos una mirada al mundo vemos un caos humano de tal dimensión que se les está yendo de las manos de aquellos que lo han provocado y cuyas consecuencias serán aún más graves  si no se toman decisiones urgentes para solucionarlo. Los líderes deben ser conscientes de que los ciudadanos tienen derecho a la vida en lugar de a la muerte; derecho a construir en lugar de destruir; derecho a la educación, vivienda, sanidad en lugar de armas y guerras.

Hay muchas preguntas abiertas sin respuestas y muchas acciones de violencia sin resolver. El problema de los inmigrantes es escalofriante, cientos de miles de personas  han tenido que dejar sus casas, trabajos, familias, países, costumbres, culturas... para huir de un infierno y llegar a otros países donde las murallas son tan altas que es imposible escalar, creando guetos donde la miseria, el hambre, el frío los mata; éxodos de personas donde gran parte de ellas han muerto en el viaje, y otras han sufrido vejaciones hasta en su alma. Su realidad ha sido otra muy distinta a la que soñaron.  África, territorio de contrastes, especias, colores…, es estremecedor lo que sucede en ese gran continente rico y variado; tantísima miseria, guerras, luchas, reyertas, pugnas por el poder... Personas que mueren de hambre  e indigencia en medio de tanta desolación.  Asia, continente de culturas, religiones, grandeza y riqueza…, guerras de religión, de poder, de esclavitud lo mantienen en el yugo de la opresión. América continente de gran variedad, de culturas ancestrales, de diversidad, de riqueza, pero las guerras por el poder, la corrupción, matanzas de aborígenes y culturas, destrucción de selvas hiriendo los pulmones de la tierra..., lo están destruyendo.  Todo este  desastre ecológico, humanitario, económico lo han creado seres humanos inhumanos. Los que están en el poder  -gobernantes, políticos, financieros, religiosos-, muchos de ellos buscan lucir en sus dedos anillos mientras que el pueblo se muere de hambre y sufrimiento. Hay muchos líderes que se toman el derecho de decidir sobre la vida de los demás y esto es inaceptable. El ser humano nació para ser libre y no esclavo. La mezquindad del ser humano violento y codicioso es tan grande y cruel que, a veces, no reconozco que otro ser humano perteneciente a la misma raza de la Humanidad sea el creador de tanta depravación. Todos los seres humanos tenemos el derecho a una vida digna y ningún otro individuo debería arrebatar ese derecho.

La Paz y la Libertad pertenecen por igual a todos los hombres y mujeres que habitan el planeta, sin discriminación. En todos los rincones del planeta donde habita el ser humano existe  el mismo denominador común, sufrimiento, desolación,  caos, pobreza y miseria creando una crisis humanitaria sin parangón. Millones de personas sufren este dominio de fuerza e intransigencia, pero algún día el poder de la voz de la Paz y Libertad vencerá al poder del sinsentido de la violencia.

Si no damos un paso hacia la paz y la libertad, los déspotas que forman parte de esa raza deshumanizada aniquilaran toda esperanza, porque son portadores de un virus de crueldad que viaja desde un extremo al otro del mundo creando una pandemia de violencia sin piedad.


                               (foto de la red)

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