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Ahimsa es vida

jueves, 12 de diciembre de 2019

Los 5 pilares de Ahimsa

No habrá paz en el mundo hasta que la paz no forme parte de nuestra vida. No podemos intentar cambiar al mundo si nosotros mismos no cambiamos.

Paz, noble concepto que a todos nos atrae  y creemos comprender aunque para muchos sea una noción abstracta e imposible de lograr. Deseamos la Paz pero no hacemos lo suficiente para que ella sea la base de una convivencia armoniosa entre seres humanos y naturaleza. Deseamos que la palabra Paz no solo se oiga en todos los rincones del planeta sino que su sentido profundo emerja para zanjar las guerras y conflictos que forman parte del aire que respiramos. Paz, no solo es ausencia de conflicto, es la actitud de lucha no violenta por la vida. Como decía Mahatma Gandhi: "la Paz es el camino", lo que significa que cada paso que damos debe ser sincero, consciente y coherente con nuestros pensamientos, palabras y acciones.

En el cuerpo mental es donde se originan las ideas, baile de llamas con colores cambiantes –positivas y negativas, creativas y destructivas–. Estas ideas se transforman en palabras sabias, vacías, hirientes y como consecuencia en acciones positivas, negativas y violentas.

Los pilares de AHIMSA -palabra sánscrita que significa "no violencia"- son: paz, sabiduría, luz, verdad y amor. 

Así como el cuerpo biológico necesita alimentos, el alma –fuerza vital–, necesita nutrientes de valores como respeto, justicia, libertad, tolerancia, solidaridad, compasión, perdón para que vivamos en armonía de acuerdo a la ley universal de la sabiduría.

La Paz es una fuerza serena y firme que nos proporciona “sabiduría” –herencia de nuestros antepasados– que nos hace sentir y vibrar la riqueza que existe en la diversidad de aptitudes, aspectos y atributos de la Humanidad, riqueza que hay que proteger y disfrutar. La Paz con su “luz” enciende la llama del corazón que con sus colores brillantes transforma el escenario decorado con tonos grises de nuestra existencia. La Paz nos lleva a encontrar nuestra “verdad” porque nos enseña a dudar y a dudar para seguir investigando en nuestro interior, proporcionándonos coraje y valor para salir de la influencia del ego. La Paz reside en el corazón, símbolo del “amor”, principal nutriente de la fuerza vital, necesario para existir y ser. Para poder sentir y vibrar a través de estos cinco pilares necesitamos la meditación, útil imprescindible que nos hace tocar nuestra conciencia y nuestra alma.

Vivimos volcados hacia el exterior, pero ya es hora de volver al origen de nuestra esencia y sentir su perfume hecho de la unión de dos ingredientes mágicos el amor y el respeto. Una de las actitudes más negativas y con más repercusión sobre nosotros y nuestro entorno es la inercia de un comportamiento pasivo.  Todos conocemos las consecuencias de la violencia. Es hora de parar esa pandemia y volver a ser más sensibles a los atributos espirituales donde la agresividad cede ante la ternura y el orgullo cede ante la humildad.  

Luchemos todos en AHIMSA, la no violencia, para erradicar la ignorancia, la crueldad y la violencia, incluso, el espíritu del mal necesita  encontrar sosiego y serenidad.


La paz tiene su propio latido, la felicidad, para sentirla debemos formar parte de ella.

                                  (Foto privada)

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