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Ahimsa es vida

jueves, 21 de junio de 2018

Ecos en mi mente


Son ecos en mi mente, las sombras que entristecen los ojos que ríen, las muecas de sonrisas muertas, las palabras dichas con silencios elocuentes… porque hemos dejado atrás la alegría de vivir.

Son ecos en mi mente, la nostalgia de un pasado, de tal vez, una vida mejor si… ese amor no hubiera terminado; la nostalgia de un amigo verdadero en quien apoyarme y llorar sin tener que calcular mis lágrimas; la nostalgia de volver a ser yo y luchar por mis sueños y celebrar la vida con fuerza y alegría.
Son ecos en mi mente, los llantos de miles de personas que cruzan los mares sin equipaje, llevando puesta la esperanza de lo que puede ser mejor, aunque terminen en prisión. Niños que ya no tienen madre, madres que ya no tienen hijos, padres que han perdido todo, en el mar o en la cruenta guerra de la tierra porque huyen de sus países donde el terror es el arma de la violencia.

Son ecos en mi mente, la tristeza de la gente y el vacío de sus vidas porque no escuchan a su alma sino buscan propiedades, ya no se oyen cantar a las estrellas ni se escucha el sonido de la música a través del saxo o de los tambores que llenan el aire de blues y vibraciones.

Son ecos en mi mente, las lágrimas de millones de almas que han cambiado sus casas por cárceles, la muerte por la vida. Se han perdido las risas espontáneas de los niños y mayores, así como el sentimiento de humanidad y solidaridad entre desconocidos porque el mundo ha cambiado las risas por llantos.

Son ecos en mi mente, las fragancias del aire puro y cristalino, de ese infinito azul salpicado de estrellas; de esas aguas limpias donde nadaban seres sin miedo a morir envenenados. De esos bosques milenarios destrozados por dinero. Ahora la naturaleza está triste pero sigue luchando contra personas sin escrúpulos que no quieren oír su llanto. Cuántas veces los árboles me cobijaron, regalándome la fragancia de los pétalos que volaban en esa danza libre del aire; cuando el arrullo y la delicadeza del agua me limpiaba el lodo de mis caídas y las heridas de mi alma, haciendo emerger el diamante escondido entre tanto barro y dolor que guardaba mi corazón.

Lucho para que el dolor de esos ecos se transformen en ecos de luz y alegría, sentimientos de amor entrelazados por hilos de colores tejidos entre todos los seres humanos  formando un abrazo cálido, sin importar las diferencias o creencias, solo, unidos por el amor y la empatía para que todos vivamos en la paz y en la armonía.



sábado, 16 de junio de 2018

La nueva bandera del mundo


Conciencias dormidas que viven bajo el imperio del ego, provocando intolerancia, abusos e incluso guerras. Esas conciencias han creado una espiral que nos dirige hacia el temor, la penuria y el sufrimiento. Su letargo les hace creer que su mundo es intocable. Se sienten soberanos de las vidas de millones de personas, organizan, ordenan y mandan, gritando y ejecutando sus deseos, no importa el medio a utilizar, solo el resultado.

El resto de los humanos, para ellos, son  muñecos de cerámica que cuando los tiran al suelo se rompen en mil pedazos. Esas conciencias dormidas no aceptan o no quieren ver que esos muñecos de cerámicas tienen alma y conciencia y que están asqueados y hartos de sufrir la ignominia y el desprecio que sobre ellos se vierten, que están cansados de los abusos e injusticias, de la opresión inhumana e inmoral a la que están sometidos.

Cuando llega la primavera, el tiempo de hibernación ha pasado, -las flores nacen por doquier impregnando el aire con su fragancia de paz; el agua corre y fluye libre sin parar; la música del renacimiento eleva las notas hacia el cielo, notas de libertad y sueños-. Ha llegado el momento de despertar de ese profundo letargo, de abrir los ojos y aceptar que el mundo está cambiando y las huestes de la Humanidad se han levantado al oír el gong porque el temor se ha disipado como la niebla.

Esas notas que dibujan en el aire palabras de paz, igualdad, respeto, justicia, libertad y unidad, se entrelazan para formar la nueva bandera del mundo.  El bien y el amor, impulsos nobles de millones de corazones se unen en un abrazo único y emotivo de amor y gratitud, cuya fuerza y latido  rompen la cadena de la opresión de millones de personas que viven en lugares sombríos y húmedos, llenos de moho y miseria que el letargo ha creado, llenándolos de luz y calor para que la vida vuelva a brillar en todo su esplendor.

"No puedes separar la paz de la libertad, porque nadie puede estar en paz, a no ser que tenga su libertad". (Malcom X)

"No busquemos solemnes definiciones de la libertad. Ella es sólo esto: Responsabilidad", (George B. Shaw)
                             
                                                       (Imagen de la red)

sábado, 2 de junio de 2018

Soledad y amor


Miro a mi alrededor y veo miradas de preocupación e incomprensión por mi soledad, muchos sienten lástima al verme siempre sola. Ellos, no comprenden que mi soledad no ha sido impuesta sino es mi elección porque, llegado este preciso momento, soy una mujer con poder de decisión y con claridad mental para saber lo que quiero hacer, con quien quiero estar para adentrarme en mi aventura y descubrir el objetivo de mi vida.  

Mi soledad, me ha llevado a encontrar a esa otra mitad de mi persona y juntos formamos el ser que soy. En el silencio de los bosques mi alma canta y se eleva, dejo de ser una persona para convertirme en el universo invisible donde la grandeza de la belleza sublime del aire -torrente de amor-, se une a los tambores de los latidos de la tierra que junto a los murmullos del agua crean una sinfonía de coros de diferentes voces del universo, fundiéndose en una energía cristalina y serena para manifestarse a nuestros sentidos físicos a través de seres vivos, árboles, fragancias, lagos. Manifestaciones de belleza sin igual.  Soy una espectadora de la sublime belleza que ha creado el Amor.

El mundo parece mecerse en ese vaivén de conflictos y falta de humanidad de los seres humanos que nos hace ir a la deriva, por el egoísmo, la traición, la crueldad, por la envidia y los celos que causan graves y profundas heridas e incluso pueden matar.  Nuestro mundo pasa por momentos difíciles, esto no ha cambiado desde el principio de los tiempos y sé que el planeta necesita ayuda urgente. Soy consciente que todo efecto tiene una causa y todo dilema una solución. También sé que  tanto tú como yo necesitamos ayuda para volver a reír y volver a volar en libertad con las alas del amor a través de nuestra vida.

La soledad me ha enseñado a ver la grandeza de la belleza del planeta y del ser humano, aunque muchos permanecen dormidos. La soledad me ha enseñado a compartir el amor que recibo  con amigos y desconocidos, me ha enseñado a buscar soluciones y ver lo mejor en cada persona porque creo en la grandeza del ser, en las historias de amor verdaderas; en el pensamiento  positivo, en el impacto de la palabra dicha con amor y en la acción positiva porque dejan una huella e iluminan el camino para otras personas.

Dicen que mi soledad me ha vuelto un poco loca porque hablo con los árboles y seres invisibles que nos rodean y ayudan a la humanidad y al planeta; estos seres invisibles me recuerdan que amar es traspasar la imaginación para entrar en la trascendencia del alma que me ha enseñado que amar por amar, reír por reír, soñar por soñar es demostrar que estoy viva y que el amor es la única fuerza que tenemos todos los habitantes de la tierra para alcanzar la felicidad.

Pues sí, tal vez, estoy un poco loca… pero soy feliz.
                                                        (foto National Geographic)

sábado, 26 de mayo de 2018

¿Hacia dónde se dirige la Madre Tierra?


Los seres humanos nos olvidamos, muy frecuentemente, de que también somos Naturaleza, nacemos, vivimos y morimos en ella; somos hijos de la Historia de la Naturaleza y debemos volver a la sabiduría de nuestros antepasados: “vivir en armonía es vivir en serenidad, en unión y fraternidad”. Sus voces se vuelve a oír: “la violencia solo trae guerras, odio, racismo,  borrando los derechos humanos”.

Ha habido grandes catástrofes en la Madre Tierra y en la Humanidad como la bomba de Hiroshima y Nagasaki en 1945, desastres radioactivos como el de Chernóbil 1986, Fukushima 2011… y algunos siguen protagonizando un pulso de fuerza con pruebas nucleares… No sé cuál es el objetivo, ya que, si destruimos nuestro medio ambiente nos destruimos a nosotros mismos.

La Madre Tierra no sabe de fronteras, el viento pasea una y mil veces  todas esas partículas radioactivas a través del planeta, impregnándolo todo, tierra, árboles, cosechas, agua, de ahí que hayan nuevas enfermedades tanto físicas como psíquicas; además,  el cambio climático se afirma cada día más: grandes sequías, lluvias torrenciales, huracanes… No podemos seguir sin aceptar que “somos parte del planeta” y que depende de nuestra responsabilidad su cuidado y protección.

La historia de nuestros antepasados se repite, aniquilamos a nuestros hermanos bajo la etiqueta que más nos conviene: religión, poder, diamantes, ideologías, colores… El panorama que tenemos es desolador, el mundo se derrumba y observamos esa catástrofe como simples observadores sin hacer nada. Olvidamos que el daño que hacemos a una persona nos lo hacemos a nosotros mismos, con gravísimas consecuencias para la Madre Tierra y la Humanidad.

La Humanidad debe elegir y debe rendir homenaje a la Naturaleza con respeto y luchar por un mundo mejor. Somos Naturaleza y pertenecemos a ella, nacemos, vivimos y morimos en ella. Seamos humildes ante su grandeza y fuerza para que podamos vivir en paz y disfrutemos de la Vida, nuestro don más sagrado.

Como decía Pitágoras: “Vivir según la Naturaleza es vivir según los dioses”.


Madre Tierra se dirige hacia dónde nosotros la llevamos.

jueves, 17 de mayo de 2018

Estrellas de nácar


Estrellas de nácar que cabalgan por el cielo, iluminando las sombras aquí abajo,  mirando con desconsuelo y amargura la matanza entre hermanos.

Estrellas de nácar que absorben las nieblas de las sombras de los que cabalgan por las tinieblas cuando se dirigen al campo de batalla, donde solo se ven cuerpos destrozados, se oyen gritos de terror que algunas sombras  rematan sin compasión.  

Las sombras de las tinieblas cabalgan de noche, ebrios de violencia porque han masacrado a inocentes, pero al amanecer, los implacables rayos del sol escenifican un espejismo –las huestes llegan a  casa y ven con horror el mismo escenario que ellos dejaron: huesos esparcidos de sus hijos, mujeres, padres y amigos, aquí no hay gritos de dolor porque también fueron ahogados sin compasión. Las sombras aúllan su dolor y odio, jurando venganza-.

Estrellas de nácar que absorben la oscuridad de los sueños y hacen sentir a los verdugos el miedo y la cobardía que esconden en su fuerza bruta y viles espadas. Verdugos que beben con sangre de inocentes la victoria, ignorando que su guerra acaba de empezar y dejará una huella incapaz de borrar. Los que ellos mataron eran los hijos de estos que ahora se cobran su venganza. Ellos también lloraron a sus seres queridos, ¡cuántas vidas se han perdido!

Las sombras de la violencia se visten con frías armaduras porque han enterrado su corazón, pero han olvidado que la chispa del amor que todos llevamos en el corazón jamás se apaga y prenderá de nuevo cuando estén preparados para amar y no odiar, para respetar y no despreciar.

Las estrellas de nácar volverán a visitar en sueños a los jinetes que juraron vendetta y les ayudarán a comprender que la violencia, la venganza, el odio, son un boomerang que toca a todos, tanto al que lo lanza como al que lo recibe.

“Después de mucho cabalgar sin rumbo, dolidos en sus almas y  cansados por los implacables rayos del sol que les hacen sentir que no hay sosiego en la vendetta,  los dos bandos de las frías armaduras se encontraron, solo se veía el odio en sus ojos y se sentía la violencia en sus manos. El aire les trajo llantos y voces de sus familiares pidiendo paz para poder ellos descansar, pero antes, los dos bandos deberían firmar la paz, solo así sus muertes podrían servir de lección.

Los dos bandos se miraron y por primera vez, vieron que todos eran  seres humanos. En sus ojos nació una chispa y en su corazón una alegre melodía, el perdón. Juntos buscaron un lugar donde descansar sus cansadas almas y enterrar para siempre sus armas y vivir entre hermanos”.

Durante la noche algunas aves salieron para dar una serenata a las estrellas de nácar hasta que la luz las escondió y los rayos del sol calentaron de nuevo el corazón de los cansados guerreros que descubrieron  que el espejismo de la violencia que vivieron solo era un mal sueño en el que aprendieron que el  verdugo del odio no existe si en el corazón la chispa del amor ha prendido para siempre jamás.

Una estrella brillante en el cielo les confirmará que los sueños son enseñanzas para aprender a vivir y no a matar.
                                                          (Imagen de google)

jueves, 10 de mayo de 2018

Himno de libertad



Muchas conciencias viven en un letargo que paraliza sus sentidos deformados por una ilusión inexistente, creyendo que su irreal mundo es inalcanzable para los simples mortales y que a ellos nada les puede tocar porque se encuentran escondidos en su torre de cristal. Organizan, ordenan y mandan sobre la vida de otras personas, gritan sus deseos que deben ser ejecutados al instante, no importa el medio a utilizar, siempre y cuando sus órdenes sean cumplidas. El resto de los humanos son muñecos de cerámica que cuando los tiran al suelo se rompen en mil pedazos. Esos muñecos de cerámicas tienen alma y conciencia, se sienten cansados de tantos abusos e injusticias, se sienten asqueados y hartos de sufrir la ignorancia y el desprecio que sobre ellos vierten algunos de los amos y señores.

Esas conciencias dormidas viven de espaldas al mundo,  sin querer oír el clamor de las voces que piden libertad y justicia ya que no son capaces de sentir el sufrimiento que desgarra el aire.

La opresión es cruel e inhumana,  encadena a millones de seres humanos debido al terror, a la angustia y al sufrimiento que padecen. Estos seres de cerámica que tienen alma se han recompuesto y ahora se sienten fuertes para hacer frente a su miedo, su fuerza es más enérgica que nunca porque ahora tienen un objetivo en su vida, la libertad y el respeto.  

Las conciencias que hibernan no se han percatado que la primavera ha eclosionado en mil colores, que los pájaros y los nobles corazones cantan sin cesar  el canto de la libertad, porque  la paz y el amor son los estandartes de los impulsos nobles de millones de corazones que laten como uno solo, al ritmo del tambor, pom-pom-pom, en una danza de alegría para romper las ataduras de la opresión.

Ha sonado el gong porque ya no hay miedo, el coraje lo ha vencido al mirarlo de frente y el temor se va disipando como la niebla,  las huestes sometidas de la Humanidad  empiezan su grandiosa marcha hacia la libertad, cantando su himno de libertad, todos lo oímos porque su canto se cuela a través de la piel. Los nobles impulsos del ser humano, el amor y el bien, caminan sin parar en esta marcha que no dejará ya de avanzar.

                                                            (Imagen google)

sábado, 28 de abril de 2018

El vacío del alma


Vidas enteras de ascetismo o desenfreno, de riqueza o pobreza  no nos llenan y sentimos un vacío, el vacío del alma.  


Vidas que como una noria van subiendo y bajando, a veces, al cielo y, otras, a ras de suelo. Vidas de fachadas materiales o profesionales, fachadas vacías y deterioradas y cuando la fachada se derrumba sentimos un dolor profundo porque nuestro tiempo se ha terminado y sentimos un vacío, el vacío del alma.  

Vivimos corriendo en el tiempo y mirando al mañana, siendo autómatas, sin comprender nuestras acciones porque no sabemos lo que hacemos. Sentimos un vacío, el vacío del alma que nos susurra que debemos despertar.


Cuando la vida nos pone delante de otro cruce de caminos, muchas veces, nos sentimos mal porque el miedo nos atenaza y nos paraliza, el odio nos vuelve ciegos y nos corroe, los temores nos llenan de dudas y los sinsabores de amargura. Nuestra confusión es tan grande que no sabemos hacia dónde dirigirnos o si queremos avanzar; sentimos un vacío, el vacío del alma que nos reclama que debemos despertar.  

La sabiduría, al igual que la copa de un árbol, va creciendo hoja a hoja -experiencias que nos aportan lecciones, sabiduría que nos aporta  enseñanzas para mejorar nuestra vida, haciendo crecer el  discernimiento, la serenidad y la paciencia en las experiencias de la existencia-.

Creciendo, despertamos a la conciencia, a la felicidad haciendo crecer el árbol de la paz en el camino que nos lleva hacia las estrellas.  
                                             (imagen de la red)