¡Cuantas personas han muerto por la libertad y la verdad!
Esas personas han pagado un precio muy alto, encarcelamientos, torturas, excomuniones, muerte para que las futuras generaciones pudieran vivir en mejores condiciones y con valores verdaderos intrínsecos al ser humano.
Hay muchas personas que siguen luchando por el don mas preciado del ser humano que es la libertad, libertad de elección, libertad de expresión, libertad de sentirse bien, libertad de amar, libertad de creencias... libertad de saber quien soy y hacia donde quiero ir.
No puede haber libertad sin verdad. Hay millones de verdades, una por cada ser humano, pero hay una verdad universal que es la libertad interior, la libertad del Ser. Los verdaderos buscadores de verdad buscan los secretos más íntimos del alma así cuando hablan, sus palabras van derechas al corazón de las personas. Un buscador de la verdad busca y busca, nunca desiste de buscar y cambiar sus ideas o conceptos obtusos por unos más ajustados a su nueva realidad.
La libertad y la verdad no son estáticas, siempre están en movimiento, cambiando y avanzando como uno mismo, cada persona cambia y avanza dependiendo de sus decisiones -tomadas o no- , experiencias y vivencias.
La libertad no significa que cada persona pueda hacer lo que quiera sin importarle el vecino. La libertad conlleva responsabilidad y objetivos elevados; confianza en el ser y confianza en la Ley que todos, sin excepción, debemos cumplir, ya que se ha creado para que todos podamos vivir mejor, respetándonos y avanzando. La Ley también tiene que ir evolucionando al ritmo de la vida y costumbres, ahora estamos en un mundo global, todo y todos formamos una UNIDAD.
La libertad implica responsabilidad, responsabilidad para respetar, tolerar, educar, convivir, ayudar, por lo que tenemos que ser consecuentes de nuestros actos y palabras, comprometiéndonos con nosotros mismos y con nuestras obligaciones, cada cual con la suya al nivel que sea, solo así viviremos en serenidad, en paz y podremos avanzar, cada persona a su ritmo y todos los países del planeta tendrán derecho a una vida decente.
Las personas que luchan por la libertad y la verdad son libres, el resto son esclavos de su ignorancia y viven en ese pozo oscuro que es la inconsciencia. La elección de ser víctima o vencedor, de ser libre o ser esclavo nos pertenece a todos nosotros.
La humanidad es un movimiento incesante de la oscuridad hacia la luz, de una verdad inferior a otra superior, antiguamente se llamaba alquimia a esa transformación. Muchas veces se cierne sobre nosotros sombras oscuras pero siempre la LUZ emerge y disipa esas sombras, todo es transitorio.
Todos los seres humanos pertenecemos a la HUMANIDAD y todos vivimos en una misma casa, llamada planeta y tenemos el derecho a vivir en unas condiciones dignas y en paz.
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